La capital ha vivido un día de fiesta con l
a procesión de Santa Catalina de Alejandría, Patrona de Jaén, y la tradicional romería en el Cerro que lleva su nombre, en un domingo que reunió a centenares de jiennenses en una jornada marcada por el fervor, la devoción y la convivencia.
Tras un fin de semana de cultos cofrades,
la nueva Junta de Gobierno de la Cofradía, de la que es hermano mayor Francisco J. Castro, salió en procesión desde la parroquia de la Inmaculada y San Pedro Pascual, con ilusión y ganas de compartir con los jiennenses cada paso del itinerario. Sobre una peana portada por anderos, la Imagen de Santa Catalina procesionó desde su barrio buscando el patio de armas del Castillo, en un domingo soleado que echó a la calle a jiennenses de todas las edades. El respaldo de la ciudad a la Cofradía se reflejó en el fluido acompañamiento de la procesión. La afluencia comenzó a subir desde Caño Quebrado, ya que la salida una hora antes de la procesión, se notó en una menor afluencia a primera hora de la mañana.
Después de 13 años, la Banda Municipal de Música marcó los sones de los anderos hasta la entrada al barrio de El Almendral, para más tarde incorporarse en el camino hacia el patio de armas. Precisamente, la asociación de vecinos ‘Entrecantones’ protagonizó la primera petalada a Santa Catalina. La ausencia de música en parte del itinerario llamó la atención de los jiennenses. Desde la Cofradía confirman que, ante la imposibilidad económica de contratar una agrupación musical, solicitaron al Ayuntamiento apoyo. Finalmente, la banda no hizo todo el itinerario por motivos de edad de algunos de los músicos, según confirman desde la Cofradía.
El alcalde de Jaén, Julio Millán, y la primera teniente de alcalde, María Orozco; junto a concejales del equipo de Gobierno y del resto de la Corporación Municipal participaron en la procesión. La Junta de Gobierno estuvo acompañada por el pregonero, Modesto Martínez, y representantes de Cofradías de Gloria, aunque no todas. Sí se notó la ausencia de las cofradías de Pasión. Ninguna de las hermandades jiennenses acompañó a la nueva junta de Gobierno. La entrada de la Santa al Castillo fue puntual. La Misa estaba prevista a las 12:30 horas, aunque la imagen pasó el arco hacia el Parador a las 11:45 horas. También fue una entrada colorida.
Los responsables de las asociaciones vecinales ‘El Tomillo’, ‘La Gloria’, ‘El Ariete’ y ‘Cauce’, todas involucradas con la Cofradía, organizaron una petalada que embelleció uno de los momentos más esperados por los cofrades. Además, estas asociaciones vecinales celebraron jornadas de convivencia en honor a la Patrona, fomentando así la tradición de la celebración de la romería. La Misa fue oficiada por los sacerdotes Raúl Contreras, Pepe Navarrete y el arcipreste Jesús Millán, éste último, elegido consiliario de la Agrupación de Cofradías de Jaén. El grupo romero ‘Jacaranda’ dinamizó la Eucaristía, que sumó una gran afluencia.
“El balance que hacemos la nueva junta de Gobierno es muy positivo. Estamos satisfechos por cómo ha transcurrido todo y el respaldo de los jiennenses en la procesión. El patio de armas del Castillo nunca había reunido a tantas personas. La romería está muy viva”, valora a este periódico el hermano mayor. El cerro de Santa Catalina se llenó de vida en un domingo de tiempo soleado que animó las jornadas de convivencia en torno a las viandas más típicas de la Romería.
En dos zonas diferenciadas, la del Parador y la de los merenderos, se habilitaron puestos de venta al público para dejar buen sabor de boca. El olor a sardina impregnaba toda la zona, pero también el de las migas, arroces, carnes a la brasa y otros platos que hicieron las delicias de quienes subieron al Cerro para disfrutar de la jornada romera. El servicio de autobuses funcionó, con lleno en las subidas y bajadas en las dos líneas puestas en marcha por el Ayuntamiento y Alsa.
Por otra parte, el sábado, en el mercado de Peñamefécit, se adelantaron a la romería con su tradicional sardinada. Según el presidente de la asociación de minoristas, Rafael Serrano, se sirvieron 160 kilos. El trabajo de preparación, cocinado y servicio se llevó a cabo por minoristas jubilados o familiares de los comerciantes.