Jaén se la juega

Esta provincia se juega no mucho sino muchísimo con la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) que se lleva tiempo negociando en Bruselas y que está llegando a su recta final. Las organizaciones agrarias alertan con preocupación porque el modelo de reparto de las ayudas nos causaría un tremendo perjuicio, y según UPA significa el expolio de Jaén. Ya estamos oyendo campanas, el otro día la portavoz socialista en el Congreso, decía de pasada que la UE prepara un duro palo a los intereses de Jaén. El ministro de Agricultura, Arias Cañete, ha pasado siempre por ser hábil negociador amén de un conocedor como pocos de la situación del olivar, por tanto tenemos que ofrecerle el beneficio de la duda, pero más importante que eso es que este Jaén tan inmovilista y especialmente en un sector que define mejor que ningún otro la manera de ser de nuestra tierra, reaccione ahora que es necesario que lo haga porque de lo contrario tendrá que callarse durante unos cuantos años, pase lo que pase. De nada han servido las advertencias de una necesaria unidad para defender el pan de Jaén. Si las fuerzas políticas, las administraciones, los agentes sociales y por supuesto las organizaciones agrarias no se unen para luchar por el futuro del olivar, ¿para qué van a hacerlo? Es la hora de movilizarse y de exigir alto y claro a los gobiernos que en una situación en la que lamentablemente las ayudas siguen siendo necesarias, Jaén rechaza limosnas, y exige una reforma que haga compatible el futuro del aceite y el de la gente que vive de él, que ellos lo encajen pero es así de sencillo.