El acuerdo político para la rehabilitación de las viviendas de Las Protegidas está un poco más lejos. Por el contrario, la vía judicial amenaza con eternizar este conflicto, que se prolonga ya desde hace una década. El Tribunal Superior de Justicia (TSJA) ha admitido a trámite el recurso contencioso interpuesto por la comunidad de las 113 viviendas de Las Protegidas. Con este recurso, cuya resolución podría demorarse varios años, los vecinos piden a la Junta de Andalucía que cumpla el acuerdo de 2009 en el que se anunció una partida de 24 millones de euros para la rehabilitación integral de los cuatro bloques de estas viviendas, que fueron inscritas en el 2006 en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Histórico-Artístico pese a la oposición de sus propietarios e inquilinos.
Esta vía supone un retroceso en la aspiración de la Junta de Andalucía (reiterada por el consejero Felipe López el pasado miércoles) de alcanzar un acuerdo a cuatro bandas para el arreglo de las viviendas. La propuesta de Fomento, inspirada en un acuerdo similar adoptado en las viviendas de Santa Adela de Granada, prevé una aportación de la Junta y Ayuntamiento cifrada en un 29,12%, mientras que el Estado sufragaría el 34,42% y el resto los propietarios. Pero el alcalde de Jaén, Javier Márquez, ya ha anticipado su negativa en base a la situación de ruina municipal. Y los vecinos, sin descartar nada, parecen también reacios al acuerdo político. “Estamos abiertos a todas las vías, pero lo que queremos ante todo es que se cumplan los compromisos pues estamos hartos de tantas promesas”, indicó ayer Juan José de la Torre, portavoz vecinal, tras alertar del deterioro progresivo de las viviendas.
Alarma
El administrador de la comunidad de propietarios, José Luis Villagrán, calificó como “alarmante” el estado de las viviendas Protegidas, máxime cuando no han pasado la inspección técnica de edificación y el Ayuntamiento prevé el desalojo preventivo de 25 familias y el vallado del perímetro de las viviendas que dan a cuatro calles céntricas. Los pisos, según Villagrán, sufren “patologías estructurales” puesto que hay humedades por capilaridad que provocan movimientos en el suelo y asentamientos que afectan a los muros de carga.