Un propietario de un residencial de la calle Cataluña ha presentado una denuncia ante el Servicio de Bienes Culturales de la Delegación Territorial de Cultura y ante la Concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de Jaén por posible prevaricación administrativa por haber permitido la sepultura con vertidos de tierra incontrolados y urbanización de un yacimiento calcolítico en la misma calle Cataluña, en la barriada de Expansión Norte. El denunciante, Juan Manuel Molina, considera que las dos Administraciones “no han hecho la más mínima acción para comprobar los vertidos de tierra y, con su inacción, han facilitado que se lleve a cabo”. Y todo ello en una parcela catalogada con protección integral al haber sido catalogada en 2003 como Bien de Interés Cultural (BIC).
Molina expone en la denuncia que en la licencia de obras del Ayuntamiento para actuar en el solar colindante a su vivienda (Residencial Bulevar Jardín) “no se contempla el vertido de tierras”.Y, en todo caso, añade que “cualquier movimiento de tierras implica que esté controlado por un arqueólogo y corresponda a un proyecto de protección aprobado por la autoridad”. Además, la actuación llevada a cabo en este yacimiento arqueológico de la época calcolítica choca con el hecho de que el Juzgado de Primera Instancia número 3 de jaén ha embargado a favor de Unicaja una parte de la citada parcela. Molina Valdés sostiene que las autoridades “ejercen su poder para dejarme en indefensión ante las obras queme afectan en mis propiedades y benefician a unos promotores que con el concurso de terceros han ocultado el yacimiento para que tome valor ante los embargos que soportan”.
Juan Manuel Molina manifiesta que el Ayuntamiento de Jaén mantiene en el congelador desde hace casi un año un expediente por urbanización del yacimiento del Residencial Bulevar Jardín. “Una bienintencionada petición de sepultura de un yacimiento por unos terceros acaba por la ocultación de una parcela catalogada. Ni la Policía Local, ni la Nacional ni la Guardia Civil atendieron las denuncias de sepultura con 3202 metros cúbicos de arcillas. Ni repararon en qué material se vertía”, expone el denunciante.