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El tacticismo electoral frena el tranvía

El alcalde culpa a la Junta de alejarse del acuerdo desde que le planteó saldar la deuda con el tranvía, y la Junta le remite a su débito con los vagones

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  • Primera parada del tranvía, en Vaciacostales -
Cuando parecía que el camino estaba despejado para que, por fin, el tranvía echara a andar a lo largo de este año 2018, tras siete años en el dique seco, otra vez el enfrentamiento político entre las Administraciones (en este caso el Ayuntamiento de Jaén y la Consejería de Fomento) amenaza con enterrar aún más una inversión pública de 120 millones de euros y que provocó una auténtica transformación de la traza urbana de la capital. El alcalde jienense, Javier Márquez, dio su aprobación a la última oferta de la Junta de Andalucía y la Diputación de Jaén que permitiría que ambas instituciones asumiesen hasta el 60% del déficit de explotación del sistema tranviario, que la Junta cifra en 1,8 millones de euros. Antes de esa oferta, Márquez ya había acercado posturas con la Junta por la vía de Juan Marín, presidente del grupo parlamentario de Ciudadanos en Andalucía, que ha supeditado el apoyo al PSOE en los Presupuestos de la Junta a la activación del tranvía en este año. Sin embargo, en las últimas semanas las posturas han vuelto a distanciarse y, a tenor de los argumentos esgrimidos por las partes, más parece que sea el tacticismo y la estrategia electoral lo que está frenando cualquier acuerdo institucional. Lo que ha acabado por desatar de nuevo la caja de los truenos ha sido la decisión del alcalde jienense de no acudir a la reunión, al entender que la Junta sólo buscaba en este encuentro el “postureo” y “echarse una foto”, a pesar de que él sí se subió a un vagón del tranvía antes de Navidad. “Desde el Ayuntamiento estamos haciendo nuestro trabajo, analizando técnicamente la situación del tranvía y llevamos dos meses esperando a que alguien de la Junta de Andalucía tenga tiempo para sentarse con el Ayuntamiento para tratar cuestiones que aún siguen pendientes”, comentó Márquez el pasado viernes durante el Pleno municipal. No obstante, el regidor jienense rechaza hablar de una ruptura total de las negociaciones, y se ha mostrado dispuesto al diálogo una vez esté finalizado el informe de Ingerop, empresa adjudicataria de la verificación del estado de la infraestructura, que está a punto de concluirse. Pero el distanciamiento entre Ayuntamiento y Consejería de Fomento empezó a fraguarse desde que el alcalde exigió a la Junta que salde la deuda que tiene contraída con la ciudad por cobros indebidos durante el proceso de construcción del tranvía, esgrimiendo para ello el informe del Tribunal de Cuentas. “Hay cinco o seis millones de euros que son de la ciudad y que se le cobró de forma indebida al Ayuntamiento”, viene recalcando el alcalde jienense, que ha pedido que esa cantidad se compense al Ayuntamiento a través de la financiación del traslado de la estación de autobuses, la construcción de una pista de atletismo y actuaciones en el patrimonio arqueológico de Marroquíes Bajos. Desde que esa petición municipal está encima de la mesa, Ayuntamiento y Fomento han alejado posturas, en buena medida porque Javier Márquez no considera al consejero Felipe López el interlocutor válido en este tema, y sí al vicepresidente primero de la Junta, Manuel Jiménez Barrios. Márquez lamentó el pasado viernes que Felipe López “venga a Jaén los viernes para hablar del sistema tranviario en distintos foros, pero en estos dos meses no ha tenido cinco minutos de su tiempo para cerrar el convenio con el Ayuntamiento” jienense. Sin embargo, el consejero de Fomento ha desligado desde el primero momento la exigencia municipal del acuerdo futuro sobre el tranvía. Entiende, por un lado, que las contraprestaciones planteadas no son de su competencia. Además, López entiende que no hubo tal cobro indebido sino la consecuencia de subrogarse la Junta en el pago de las facturas de los vagones del tranvía de Alston y en los intereses derivados de una retención inferior a la debida en la Patrica. Y, el pasado viernes, con ocasión de una reunión del consejero en la Universidad de Jaén (UJA), López fue más allá y señaló, sin ambages, que “el que es moroso durante mucho tiempo no puede acabar de forma inquisitorial colocando en la mesa de quien no tiene responsabilidad que hay una deuda”, señalando directamente al Ayuntamiento jienense. Según recordó, en el convenio suscrito en su día el Consistorio se comprometió a pagar el 50% de la dirección de obra y la compra de los trenes, mientras que el Gobierno andaluz realizó una inversión de 120 millones para su construcción. Como no podía pagarlos, pidió “auxilio” y que la Junta hiciera “frente a las obligaciones que había contraído” con Alstom. La Junta exigió que, según lo pactado, el Consistorio devolviera lo que la Junta asumía en su nombre a lo largo de 17 años para hacerlos digerible, a razón de algo más de 900.000 euros anuales con giros trimestrales de 290.000 euros. Pero el consejero desveló que el Consistorio no ha venido pagando lo acordado e incluso ha supuesto la generación de intereses y cargos. En concreto, desde la Junta se le han entregado “algo más de ocho millones” “y sólo ha pagado 3,5 millones”. Así, “se le han ido girando pagos en términos de recargo de intereses que representan algo más de dos millones de euros”, subrayó el titular de Fomento, que considera “una falsedad” que el Ayuntamiento plantee sus exigencias en términos de deuda de la Junta al Ayuntamiento, pues le recuerda que el Consistorio “sólo ha pagado una parte de lo que tenía que pagar y le quedan todavía nueve millones más" por abonar. “Por tanto, la Junta no tiene ninguna deuda con el Ayuntamiento de Jaén. Si eso se quiere usar como pretexto y coartada para seguir dilatando el tranvía, se llama filibusterismo político”, zanjó López. Y el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, Manuel Fernández, echó ayer más leña al debate político: “La salida en tromba de la Junta, PSOE, otros partidos y buena parte de la ciudadanía en redes sociales, terminan por arrinconar a Márquez, que se encuentra en este momento contra las cuerdas, y que aparece ya claramente como el alcalde que dijo que si, pensando que no, y que no tiene otra salida, por dignidad, y por responsabilidad”.

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