El XXVI Festival de Jerez acaba de arrancar, con todo lo que ello significa para la economía de hosteleros y comerciantes vinculados de algún modo con el mundo del flamenco. El certamen recupera su fecha habitual y apenas quedan ya restricciones sanitarias, pero tanto hosteleros como comerciantes echan en falta la presencia de sus mejores clientes, japoneses y chinos fundamentalmente.
“Este mes de enero ha sido más malo que ningún otro mes de enero. El año pasado nos cerraron una semana por la pandemia y vendí el doble que este año, así que estábamos esperando este festival como agua de mayo”. La que habla es Vanesa García, propietaria de El Rincón del Chiri, en el barrio de Santiago, mientras da los últimos retoques a la terraza, donde ha colocado veladores de mesas sevillanas y lunares, mucho lunares, que no es que huela a Festival de Jerez, es que ya ha llegado.
De momento, la cosa ha empezado bien, “tranquila”, pero mejor de lo que se esperaba incluso, aunque por su experiencia sabe que la mejor semana será la próxima. Este viernes estaban completos. La pena es que este año por la pandemia no viajan ni chinos ni japoneses, que es el público que más se impregna de la cultura jerezana y de la oferta gastronómica y de baile.
Pese a que las circunstancias siguen siendo especiales y la normalidad sigue sin llegar después de dos años, independientemente de que esta cita haya recuperado su fecha habitual (en 2021 se celebró en mayo), García sigue apostando por las actuaciones en directo y diarias en su local. Esto requiere de una inversión importante, por lo que ya cruza los dedos para tener el retorno económico esperado.
“Es que tal y como están las cosas la gente de fuera no viaja como antes, aunque ya el jueves, que era el primer día se notaba que había más gente de fuera. Se echa de menos a los japoneses, claro, que son a los que más le gusta el flamenco”, señala. Esta hostelera es de las que promociona el flamenco en su pequeño negocio los 12 meses del año, como también lo hacen tabancos como El Pasaje, en el corazón del centro de Jerez, y punto obligado de encuentro de los turistas que visitan la ciudad y quieren impregnarse de la esencia de la cuna de este arte.
Otros aprovechan estas dos semanas (del 18 al 5 de marzo) para contagiarse del ambiente de Festival y atraer al público a sus locales, si bien la mayoría de los cursillitas suelen repetir y saben moverse por Jerez. El problema, reconoce la presidenta de Acoje, Nela García, es que “aunque estemos un poquito más animados, nos faltan los grandes consumidores, los que vienen de ultramar... Japón, Canadá... pero bueno mucho mejor que el año pasado, con ganas y con ilusión y todos preparados para dar lo mejor como siempre”, indica, asegurando que los negocios procuran adaptarse al horario de los espectáculos del teatro siempre que haya demanda.
Por el momento, no hay cifras oficiales del número de cursillitas para los 44 cursos que componen la oferta de este año y que ya han empezado, pero las bajas por la pandemia las dejará a buen seguro muy por debajo de los 1.150 que movilizó esta evento en 2020, justo antes del Covid.
Campañas específicas
En cualquier caso, para rentabilizar al máximo posible esta cita, Acoje ha lanzado su campaña Esencia flamenca Acoje 2022, donde recopila oferta hostelera de 24 asociados, con locales emblemáticos para desayunar, merendar, tapear, restaurantes, tabancos y salas que ofrecen espectáculos y actuaciones especiales todo el año. Un código QR los redirigirá a www.ccajerez.com y ampliará la información.
También en Compra con arte, la asociación de comerciantes ha hecho una selección de locales que venden artículos relacionados con el flamenco.
Otra de las actividades de peso estas dos semanas será el XI Jerez Off Festival 2022 en La Guarida del Ángel (calle Porvenir), con actuaciones en directo todos los días a las 17.00, 19, 21 y 23.00 horas (previa entrada) para vivir el festival las 24 horas del día. Y esto no ha hecho más que empezar.
