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Jerez se viste de Jueves Santo para afrontar el último tramo de la Semana Santa

La incorporación de Humildad y Paciencia constituyó la principal novedad de una jornada de nuevo bendecida por el buen tiempo

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La salida a la calle de las seis cofradías de la tarde del jueves ha marcado ya sin duda el punto de inflexión de una Semana Santa abocada a su final. La gran novedad de esta jornada procesional ha venido dada por la incorporación de la Hermandad de Humildad y Paciencia, que hasta ahora venía realizando su estación de penitencia en la tarde noche del Martes Santo.

La celebración de los oficios propios de esta jornada en el interior de los templos provoca que las cofradías no empiecen a presentarse en la calle hasta las seis de la tarde, una hora que era habitual en tiempos no muy lejanos pero que en esta Semana Santa del siglo XXI se antoja ya excesivamente tardía.

La Hermandad de la Redención fue la primera en plantar su cruz de guía en el exterior del Santuario de María Auxiliadora. La corporación salesiana sigue creciendo poco a poco y completando su patrimonio, como es el caso de su paso de misterio, que ha incorporado cartelas realizadas por Encarnación Hurtado.


Con todo, su principal novedad no es otra que la salida por primera vez a la calle del Señor de la Redención tras la intervención estilística acometida por su propio autor, Juan Ventura, que ha dulcificado sus facciones. Manuel Monje se estrenó como capataz del único paso de la cofradía, acompañado por la Banda de Cornetas y Tambores del Cristo de la Caridad.

Apenas habían pasado unos minutos de las seis y media de la tarde cuando la Hermandad de la Vera Cruz inició su recorrido desde la iglesia de San Juan de los Caballeros. Llama la atención el paso de la Santa Cruz, incorporado recientemente al cortejo y que a hombros de sus hermanos muestra el camino que deben seguir sus nazarenos.

El Santísimo Cristo de la Esperanza, acompañado de Dimas y Gestas, fue precedido en esta ocasión por la capilla musical Sonos Angeli. En los primeros tramos de su itinerario el conjunto ofrece imágenes de gran belleza por la angosta collación de San Juan.

El paso de palio de la Virgen de las Lágrimas lució los nuevos faldones bordados por Fernando Calderón, que han venido a completar un exquisito conjunto de aire romántico. Las marchas que interpreta la Unión Musical Astigitana contribuyen a realzar el corte clásico de una cofradía de clara raigambre marianista. Francisco Javier Pérez y Jesús Sánchez Lineros pudieron estrenarse al fin como capataces de esta cofradía.

El Huerto y La Lanzada simultanearon prácticamente sus respectivas salidas. La primera de ellas partió de Santo Domingo para poner rumbo a Bizcocheros y de este modo poder acceder a la plaza Aladro por Caracuel, San Andrés y Santa Rosa. Al frente de su paso de misterio se encuentra desde hace ya varias décadas Manuel Ballesteros, que además es el hermano mayor de la cofradía. Al Señor del Huerto le acompaña la Agrupación Musical de la Sentencia.

La Banda de Música Pedro Álvarez Hidalgo, de Puerto Real, hace lo propio con el singular paso de palio de la Virgen de la Confortación. El techo estrenó una gloria pintada por Manuel Salado. Juan Antonio García ‘Gorrión’ es el capataz de un paso que también presentó como novedad media luna bajo la Virgen y el ángel que la conforta.

La Lanzada es otra de esas cofradías dotada de una personalidad única e inconfundible, una sensación que se acrecentó hace ya unos años con la incorporación de una banda de música tras su único paso. Su cortejo es posiblemente uno de los más elegantes y rotundos de la Semana Santa de Jerez, con un completo e inmejorable altar de insignias.

Jaime Racero es el capataz del paso donde la Virgen de Gracia y Esperanza llora a las plantas del Cristo de la Lanzada y a los más pequeños siempre les llama la atención la presencia de Longinos a caballo. Detrás, la Banda de Música Virgen del Carmen, de Prado del Rey, que interpretó en más de una ocasión la marcha que Márquez Galindo dedicó al crucificado de la basílica del Carmen.

El Jueves Santo tiene una cita inexcusable en la plaza de la Asunción, por la que aparece la Hermandad del Mayor Dolor justo cuando el reloj marca ya las ocho de la tarde. Estamos ante una de las cofradías de más historia y solera de toda la ciudad. El progresivo despoblamiento del centro de la ciudad la ha restado algo de protagonismo en las últimas décadas, pero cuando uno la contempla percibe con nitidez que la propia historia de Jerez está pasando ante sus ojos.

El paso del Señor del Ecce Homo estrenó nueva solería, algo que bien pudieron apreciar quienes contemplaron el transcurrir de la cofradía desde algún balcón. Al frente de la cuadrilla de costaleros, Manuel Jesús Tristán. Detrás, la Agrupación Musical de la Expiración, llegada desde Salamanca.

Martín Gómez se estrenó también como capataz del palio de la Virgen del Mayor Dolor, al que se ha querido imprimir un corte más clásico del que venía siendo habitual en estas últimas décadas. Eso se notó en el repertorio interpretado por la Banda de Música de Palomares de Trebujena, donde no faltaron las marchas de Germán Álvarez Beigbeder.

Humildad y Paciencia fue la última hermandad en echarse a la calle. Lo hizo a las ocho y cuarto de la tarde desde la iglesia de Santísima Trinidad. El único paso de la cofradía se presentó ya con el trabajo de talla finalizado y a la espera únicamente del acabado, que en su momento llamará poderosamente la atención. Este proyecto ha sido realizado por David Medina.

Se trata de una iconografía alegórica. De ahí toda la simbología que se puede apreciar sobre el monte en el que se asienta la imagen titular de la corporación, que está cumpliendo además cuatrocientos años de su hechura.

Al igual que ocurriera en la jornada anterior, la meteorología acompañó a las cofradías del Jueves Santo. 

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