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Miércoles 24/04/2024  

Jerez

El periodismo, ante la búsqueda irrenunciable de la credibilidad

La periodista Mercedes Milá, II Premio Pepe Oneto, reivindica los principales valores de la profesión en el transcurso de las Jornadas Nacionales de Periodismo,

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Mercedes Milá en el momento de recibir el premio Pepe Oneto

Las autoridades y representantes de las entidades patrocinadoras de las Jornadas

Mercedes Milá se reencontró con Ismael Beiro en las Jornadas

Los ponentes de las mesas redondas

El acto inaugural de las Jornadas

El acto se desarrolló en el Centro de Congresos de San Fernando

La alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero

Mercedes Milá entre el público

Mercedes Milá recibió el premio de manos de la ministra Montero

Erik Oneto habló en nombre de la familia de Pepe Oneto

Mercedes Milá durante su discurso de agradecimiento

El público en el Centro de Congresos

Ana Huguet moderó la primera de las mesas redondas

Patricia Cavada junto a Mercedes Milá

Pedro García Vázquez moderó la segunda de las mesas redondas

  • Las Jornadas contaron con el patrocinio del Ayuntamiento de San Fernando, la Fundación Cajasol y Diputación de Cádiz

La profesión periodística se levanta sobre la acumulación de una serie de valores fundamentales, y algunos más irrenunciables que otros. Uno de ellos es el de la credibilidad. “Para un periodista no hay duda que es el más importante. Es nuestro patrimonio. Si te creen, te comprarán lo que digas. Si les fallas, se acabó tu crédito”. Así lo reivindicó este viernes la periodista Mercedes Milá durante su discurso de agradecimiento por la concesión del Premio Pepe Oneto durante las Jornadas Nacionales de Periodismo, organizadas por Publicaciones del Sur en San Fernando. “Desde que empecé a trabajar en 1973 en Barcelona, lo asumí hasta hoy”, apostilló.

De ella se dijo en el transcurso del acto que era “valiente, innovadora, libre, una gigante de la comunicación, periodista las 24 horas”, que tiene “talento, versatilidad, honesta”, y que ha realizado durante toda su trayectoria un “impecable trabajo profesional” basado en la “credibilidad”. Pero se quedó solo con el último. “Yo no tengo esas cosas que decís”, apuntó, “pero sí recojo una, la de la credibilidad. Las demás estoy en la lucha por conseguirlo”. Y es importante tenerlo en cuenta, porque esa misma palabra, ese mismo valor en el ejercicio de la labor periodística, atravesó buena parte de las intervenciones realizadas en las dos mesas redondas que sucedieron a la entrega del premio, en las que se debatió sobre el papel de los medios de comunicación en los procesos electorales.

Pero no adelantemos acontecimientos. Mercedes Milá tenía la palabra, y lo hizo para recordar asimismo la figura de Pepe Oneto: “Pepe y yo nos reíamos mucho. Compartimos la época de la transición, una época muy bonita, de comunidad de ideas y de luchas”; e incluso fantaseó con la idea de imaginar al propio Oneto inmerso hace 212 años en las discusiones para aprobar el decreto de Libertad de Imprenta, que dio pie al derecho a la libertad de expresión, “lo que es hoy nuestro pan de cada día”. 

En definitiva, un Premio, que dijo recibir con enorme “alegría”, “por Pepe y por venir aquí”, no sin antes pedir un ejercicio de compromiso a todos los asistentes: no olvidar lo que está sucediendo en Ucrania. “No podemos hacer nada por evitarlo, pero no lo olvidemos”.

Con antelación, Erik Oneto, hijo del añorado periodista isleño, reconoció que su padre “estaría feliz” por saber que era Mercedes Milá la premiada en este año -tomaba el relevo a Matías Prats-, así como agradeció a Publicaciones del Sur que mantenga “viva con este premio la memoria y el legado de mi padre, y en San Fernando. Este premio es un reconocimiento a su esfuerzo y manera de sentir la vida”.

Otra de las personas invitadas que no reparó en acumular adjetivos para elogiar la trayectoria de Mercedes Milá, fue la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que participó en la inauguración de las jornadas y le reconoció que “siempre haya defendido dar visibilidad y participación a las mujeres en entornos donde no se contaba con nosotras”.

Montero también profundizó en algunas de las cuestiones centrales de las Jornadas de este año, y se refirió concretamente al papel que juegan en el presente quienes “generan información interesada para desestabilizar y promover el desconocimiento sobre la realidad”, con mención expresa a los negacionistas de la lucha contra el covid a través de las vacunas o del cambio climático. Aludió asimismo a las “realidades alternativas” y al impacto de la “posverdad”, y se felicitó porque haya ya consecuencias penales para quienes se dedican a divulgar bulos, para reclamar a los medios que rehuyan de la nueva lógica de mercado, para seguir en el camino de “defender la verdad”. “El auge de la desinformación debe ser contrastado con información de calidad, y eso es un reto para los profesionales”.

La ministra también felicitó a Publicaciones del Sur por su “manera de entender el periodismo, desde la cercanía, con empatía, y por su rigurosidad a la hora de entender la sensibilidad entre provincias y ciudades”, pero también por una “capacidad de adaptación con la que habéis creado escuela”.

A debate

El acto de entrega del premio llegó a su fin, y sobre el escenario del Centro de Congresos Real Isla de León había quedado como suspendida la palabra “credibilidad”, a la espera de que alguien le retomara el pulso. Lo hicieron los intervinientes en la primera mesa redonda: Inmaculada Carretero (Cadena Ser), Elsa García de Blas (El País) y Ángel Munárriz (Infolibre). Y no solo como apoyo en la defensa del ejercicio riguroso de la profesión ante la llegada de un proceso electoral, sino como garante frente a una situación más que incómoda para el periodismo, sometido por las turbulencias de las redes sociales y su influencia sobre un público joven que solo atiende a la actualidad a través de lo que le llega a su teléfono móvil.

“El reto en estos momentos es recuperar nuestra capacidad de influencia, porque está en juego la calidad de la democracia”, apuntó Carretero. “Hay que recuperar la conexión perdida con la audiencia con credibilidad. Debemos recuperar el liderazgo en la comunicación para que se sepa diferenciar la verdad de la mentira”. No es el único riesgo en juego. Elsa García de Blas se refirió a la “polarización política”, que se ha convertido en “tentación” para muchos periodistas en busca del triunfo personal: “Cuanto más escorados a derecha o izquierda mejor, porque parece que es lo que demanda la gente”, aunque no deja de ser “una trampa”, ya que “es necesario defender la independencia para mantener la credibilidad”. Para Munárriz, ahora mismo solo caben dos opciones: “Gritar, que es sumarse a la intoxicación, o narrar los hechos con fidelidad y originalidad”. Y todo, como consecuencia de un “cambio en la atmósfera mediática”, a partir del impacto de las redes sociales, “que lo han sacudido todo y han obligado a los profesionales a tomar decisiones delicadas”.

En la segunda de las mesas redondas hubo ocasión de conocer, de la mano del periodista Sandro Pozzi, cómo es el seguimiento que se hace de los procesos electorales en Estados Unidos, pero también de cómo es ese seguimiento a nivel andaluz, ya sea desde la perspectiva de la televisión pública, a partir de la experiencia de Desirée García Escribano (RTVA), con todos los condicionantes que ello implica, o desde un periódico de histórica trayectoria como el ABC de Sevilla, representado por su director, Alberto García Reyes, que defendió la necesidad de “contar las cosas, no gobernarlas, ya que ante un proceso electoral no se puede decidir, ni jugar al manejo de la información en busca de un beneficio propio”.

El director de ABC también admitió que “es difícil gestionar con pulcritud un proceso electoral, cuando los partidos juegan contra ti”, en clara alusión al papel que juegan últimamente los asesores de cada candidato, sobre todo a la hora de generar “tensiones con cuestiones ridículas”.

Habrá ocasión de comprobarlo en un 2023 marcado por un proceso electoral imprescindible, el de las municipales.

En San Fernando

El Centro de Congresos de San Fernando acogió este viernes por quinto año consecutivo la celebración de las Jornadas Nacionales de Periodismo, organizadas por Publicaciones del Sur, con el patrocinio del Ayuntamiento de la ciudad, la Diputación de Cádiz y la Fundación Cajasol. La cita, que tiene su origen en la conmemoración del decreto de Libertad de Imprenta, aprobado en la Isla de León un 10 de noviembre de hace ya 212 años, sirvió en esta ocasión para profundizar en el papel de los medios de comunicación en los procesos electorales, así como para proceder a la entrega del Premio Pepe Oneto, que en esta ocasión fue concedido a la periodista Mercedes Milá, a quien la alcaldesa de la ciudad, Patricia Cavada, dio la bienvenida y a la que reconoció como un “referente del periodismo, por su credibilidad y su innovación en el mundo de la televisión”. La alcaldesa subrayó asimismo el tema de debate de las jornadas, y reivindicó la importancia del periodismo en los procesos electorales “ante el riesgo de desinformación y los discursos de odio” que suelen propagarse en las redes sociales.

El presidente de la Diputación, Juan Carlos Ruiz Boix, incidió en ese mismo argumento, invitando a la prensa a “evitar esa inundación de información practicada en las redes sociales, para quedarnos solo con el agua potable” y ejercer “un buen periodismo que venga a construir de forma responsable”. Por su parte, el consejero delegado de Publicaciones del Sur, José Antonio Mallou, tuvo una mención especial para el isleño José Carlos Fernández, pieza fundamental en el origen del grupo hace ya 35 años, cuando nació el primer periódico del proyecto, “cuando nadie hacía prensa local”. Desde entonces hasta la actualidad, Publicaciones cuenta con 65 periódicos y 36 televisiones con sus respectivas webs y redes sociales, entre otras muchas divisiones.

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