“Para nosotras es como volver a tener a nuestra madre viva en una casa maravillosa”. Las palabras de Lolita, la primogénita de Lola Flores, describen el sentimiento que inunda a la familia de La Faraona cuando apenas restan unas horas para que se inaugure oficialmente el centro cultural de la antigua Nave del Aceite de la plaza Belén.

La propia Lolita ha reconocido sentirse “en shock” cuando en un primer recorrido por las instalaciones ha tenido ocasión de “coger y tocar” las cosas de su madre “después de 28 años”; mientras que Rosario ya se ha emocionado “solo con ver la puerta” de un museo en el que está “toda” su “vida entera”.

En el Centro Cultural de Lola Flores hay piezas y recuerdos de todo tipo, que a familia “ha costado mucho ceder” en algunos casos, si bien ha prevalecido el deseo de compartir ese legado con la legión de seguidores y admiradores de la genial artista jerezana.

Y es que el museo va a ser “una bomba explosiva” para todos aquellos que sienten “pasión” no ya solo por la figura de Lola Flores, sino por el arte en general, según ha expresado Rosario, que cree que a partir de ahora “todos los artistas” tienen ya “un lugar en el que inspirarse”, porque van a encontrar en este museo “toda” la “energía” de su madre, que “está presente” en cualquiera de sus rincones.

Lolita ha aprovechado la víspera de la inauguración del museo para defender la ubicación final de este centro cultural. “Ella quería que el museo estuviera en su casa. Su cabeza no iba mucho más allá de eso, pero en su casa caben cinco personas y al abrir los baúles nos hemos sorprendido de la cantidad de cosas que tenía”.

Tanto es así que serán necesarias “dos casas más” para honrar la memoria de Lola Flores, planteándose la rotación de las piezas expuestas dado que estamos ante un museo “que no se va a quedar parado”, sino que irá “cambiando” de contenidos.

Todo ello en un lugar, la plaza Belén, que según Rosario se va a convertir “en una plaza de cultura” con la apertura de estos recursos más la próxima del Museo del Flamenco de Andalucía, que se pretende inaugurar en noviembre de este mismo año.

Mariola Orellana, que ha encabezado todas las gestiones entre el Ayuntamiento de Jerez y la familia Flores, no oculta que la apertura de este museo es “el regalo más grande” de su vida, confesando que a lo largo de los últimos años se recibieron “muchas propuestas” de ciudades e instituciones privadas.

Sin embargo, entiende que la clave de que el legado de Lola Flores esté ahora en Jerez es el deseo de sus hijas de que así fuera y, por encima de todo, su interés por garantizar el cuidado de todas esas piezas.

“La iniciativa privada venía con poderío, con dinero, pero las hijas querían que todo esto se cuidara y que se hiciera con corazón”, subrayó, no sin antes admitir las dificultades que han debido sortearse en estos últimos años.

La alcaldesa, Mamen Sánchez, ha agradecido por su parte la “colaboración” y “disposición” de la familia Flores, así como “lo fácil que lo han puesto” para que este museo sea ya una realidad.