La pequeña Leire, de apenas cuatro años de edad, lleva algo más de un mes ingresada en el Hospital de Jerez aquejada de una aplasia medular grave y necesita ser trasplantada de médula ósea. El tiempo corre en su contra,
de ahí que a principios de esta misma semana su madre iniciara un llamamiento a través de las redes sociales en busca de donantes que pudieran ser compatibles con su hija. A día de hoy es la única esperanza, toda vez que la médula de su hermana, de siete años de edad, es apenas compatible en un 30 por ciento. Insuficiente.
Ahora,
la familia tiene sensaciones encontradas. De un lado, mantiene la
preocupación porque el tiempo avanza y la médula compatible no aparece. De otro, no oculta su
entusiasmo ante las múltiples muestras de generosidad y apoyo recibidas en estos últimos días. Daniel Román, que es el padre de Leire, no sabe cómo agradecer las “colas” que se han formado en el Hospital de “muchísima gente” que ha acudido a inscribirse como donante.
“Esperamos que la gente se conciencie y que siga acudiendo, porque la donación de médula es más sencilla incluso que la de sangre. Solo te extraen una muestra de sangre y te toman unos datos, y en el supuesto de que la médula sea compatible con la de mi hija te llamarían para darte un pequeño pinchazo en la zona baja de la espalda”, explica.
Todo el círculo de amigos “ha respondido” a este llamamiento, pero también “gente de Sevilla, de Madrid...”. “Esto es como una lotería y se trata de encontrar médula compatible, en España o en el extranjero, porque todas muestras se incorporan a un banco internacional. Se han dado casos de que la donación de una persona de Alemania o de Norteamérica ha salvado a otra de aquí, y al revés”, añade.
Daniel Román admite que “quizá” la sociedad en general no esté “concienciada” sobre esta necesidad, que se puede presentar en casa cuando menos lo esperes.
“Estamos viviendo los momentos más duros de nuestra vida y esto cada vez se pone más cuesta arriba. Los días se hacen eternos y por las noches es difícil dormir. No es justo que la vida nos castigue con esto”, se lamenta.
Quien mejor lleva la situación es la propia Leire, que prácticamente vive ajena a su realidad.
“Ella no se da cuenta al cien por cien del tema. Sabe que está malita, pero se lo toma bien. No está enfadada ni angustiada. Solo piensa en jugar y distraerse y así va pasando las horas”, explica su padre.
Toda la familia se encuentra en “aislamiento preventivo” para tratar de evitar que la pequeña pueda sufrir algún tipo de infección, ya que su sistema inmunológico “está muy débil” dado que su médula “está incapacitada para la vida”.
En los próximos días se trasladarán al Hospital de Córdoba, que será donde se hará seguimiento del caso y en el lugar en el que Leire sería intervenida en el supuesto de que apareciera una donación de médula ósea compatible.
Se trata por tanto de una angustiosa carrera contrarreloj que depende de la generosidad del prójimo y de que esa lotería que hasta ahora ha sido esquiva para esta familia la recompense finalmente con el premio de una médula compatible.