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El futuro archivo de Algeciras revolucionará la concepción de biblioteca

Será un edificio de cuatro plantas que albergará diversos usos destinados al ciudadano

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El proyecto del futuro centro documental de la ciudad se concreta en un edificio de usos múltiples, que albergará la biblioteca, el archivo municipal, el archivo notarial y otras funciones destinadas al uso documental por parte de los ciudadanos.

Las obras de construcción del edificio ya han dado comienzo en la calle Capitán Ontañón, en la parte trasera del antiguo acuartelamiento Fuerte de Santiago, aunque la aparición de restos arqueológicos ha supuesto una paralización del proyecto, contemplado inicialmente con un plazo de ejecución de seis meses.

En cualquier caso, el diseño del proyecto ya ha sido trazado por los técnicos municipales, y comprende la construcción de un edificio moderno de tres plantas que contemplará diversos usos de consulta y disfrute por parte del ciudadano.

La planta baja, de 937 metros cuadrados, es la que albergará el archivo notarial, las zonas comunes, el garaje y el almacén. En esta zona también se ubicará una sala de lectura, con prensa diaria y una cafetería, además de una sala de reuniones, actos y exposiciones. El vestíbulo estará iluminado con luz cenital, que entrará a través de una cristalera en el techo.

La primera planta, de 737 metros cuadrados, albergará el archivo histórico municipal, la oficina del cronista oficial de Algeciras y una serie de zonas comunes.

La segunda planta, de 524 metros cuadrados, albergará la sección digital de la biblioteca y las zonas comunes; mientras que la tercera planta, de 524 metros cuadrados, albergará la sección de libros de la biblioteca y las zonas comunes. Una última planta, habilitada a modo de terraza, dispondrá de 30 metros cuadrados de usos al aire libre, donde se podrá disfrutar de la lectura del material de la biblioteca.

El futuro centro documental será un edificio “singular y funcional” que supondrá una modificación del entorno cultural y social en pleno centro de la ciudad. El coste total de la obra será de 2.665.879 euros y empleará a 25 trabajadores en la edificación, que supondrá unos 2.750 metros cuadrados construidos.

Ya se han realizado los estudios arqueológicos exigidos en el solar previos a la construcción, todo ello enmarcado en una primera fase del proyecto, ya que según las necesidades de la ciudad sería posible ampliar las futuras instalaciones. Las previsiones son de que el edificio esté totalmente construido en un plazo máximo de un año.

El edificio estará próximo a la Escuela de Artes y Oficios y al centro de la ciudad y está concebido como un núcleo que integre actividades. En este sentido, cabe decir que el propio edificio significa el 50% del proyecto global de Centro Documental, ya que está prevista una actuación en un futuro de cara a una ampliación en una parcela anexa.

Por su situación privilegiada tendrá una máxima accesibilidad peatonal y también en el ámbito de una excelente conexión en cuanto al transporte público.

Con una cubierta de cobre que se asemeja al casco invertido de una nave, estará bordeado con jardineras y bancos, en los que podrá disfrutarse, por ejemplo, de la zona wi-fi de que estará dotado el nuevo edificio.

La entrada se realiza por una de las esquinas del edificio y el visitante se encontrará con un gran hall, un espacio habilitado como sala de lectura de revistas y periódicos, con un quiosco-bar, para dinamizar la zona. Todas las plantas del edificio cuentan con una luminaria zenital.

Yacimientos
Uno de los obstáculos principales con los que se ha encontrado la obra del futuro centro documental es la aparición de restos arqueológicos en la zona donde se proyecta el edificio.

Los trabajos arqueológicos han puesto al descubierto numerosos enterramientos, que de momento arrojan la cifra de un centenar, con restos óseos y esqueletos completos. Se trata de tumbas de lo que, hace aproximadamente 700 años, fue la mayor necrópolis islámica de la ciudad.

Ya existía constancia de que en el solar, de unos 2.000 metros cuadrados, se construyó en su día un cementerio musulmán donde se produjeron multitud de enterramientos. Sin embargo, a tenor del proceso histórico de estos enterramientos, se descartó desde el principio que se pudieran encontrar restos valiosos que pusieron en riesgo la continuidad del proyecto del centro documental.

Los enterramientos son elementales, con fosas cavadas mirando a La Meca y el cadáver en una posición de decúbito supino. A la cabecera o los pies se podían colocar piedras o estelas y muy raramente lápidas piramidales.

La necrópolis fue descubierta cuando se realizaron los cimientos del edificio Blas Infante y se excavaron más de un millar de tumbas. Se trata de la necrópolis que se encontraba junto a la puerta que llevaba a Gibraltar, que estaba en la esquina superior de las actuales ruinas meriníes.

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