La carrera de
Millie Bobby Brown parece medida al milímetro desde que despuntó de manera sobresaliente en
Stranger things, y eso abarca no sólo la selección de sus proyectos cinematográficos y televisivos, sino su propia proyección como personaje público.
En este sentido, la preadolescente que parecía llamada a convertirse en la
Hayley Mills del siglo XXI ha ido creciendo personal y profesionalmente, aunque vinculada a proyectos realizados expresamente a su medida, en los que se ha tenido más presente la temática y la propia imagen de la joven actriz que el riesgo, lo que aún deja abierta la incógnita del futuro artístico que le aguarda.
De momento, es un acierto, ha sabido rodearse de muy buenos profesionales, y, más allá del resultado e interés de las películas en que viene participando, es cierto que concentran cierto atractivo, como demostró en las dos entregas de
Enola Holmes, en la que da vida a la supuesta hermana del famoso detective. Vinculada desde un principio a la plataforma
Netflix, su nuevo largometraje eleva la apuesta con una costosa producción,
Damsel, en la que encarna a una joven damisela convertirda en princesa y enfrentada a un destino terrible, dragón incluido.
Dirigida por el español Juan Carlos Fresnadillo -su estupenda Intacto auguraba mejores productos en su aventura internacional-, y con guión de Dan Mazeau, con experiencia en Ira de titanes y la décima entrega de Fast and furious, la película cuenta con un notable reparto en el que figuran
Robin Wright -la “princesa prometida” ejerce aquí de reina y perfecta mala malísima-, Ray Winstone y Angela Bassett -los padres de la damisela, aunque ella ejerce de madrastra buena para así cubrir la cuota inclusiva-, y un alelado
Nick Robinson, como príncipe cobarde y dominado.
La historia transcurre en un reino lejano en el que una joven obediente accede a casarse con un apuesto príncipe para garantizar la prosperidad de sus padres. Sin embargo, la boda en sí es un engaño que oculta su sacrificio para cumplir con el ritual con el dragón que se oculta en el corazón de una montaña. A ratos entretenida, pero como vista mil veces, Damsel se centra en reivindicar la voluntad de la joven princesa, su determinación y coraje, su protagonismo en un mundo encorsetado y despiadado en el que la mujer sigue siendo utilizada como un objeto, desnaturalizada. Y Millie Bobby Brown muestra cuál ha de ser el camino como gran líder de la causa. Definitivamente, ser princesa ya no es lo que era.