Kike Lobato se incorpora definitavamente a los entrenamientos del primer equipo y el juvenil Marcelo estuvo a las órdenes de Carlos Ríos
El canterano Kike Lobato, extremo que nació el 28 de abril de 1990 y que salió del Deportes Distrito La Granja y que dio el salto hace ya cuatro campañas al equipo filial, aunque ya ha debutado en Segunda División, se incorpora hasta nueva orden a los entrenamientos de la primera plantilla xerecista, en lo que significa una mirada hacia la cantera en tiempos donde la plantilla está prácticamente en cuadro y hay que echar mano de chavales que sean el futuro de la sociedad.
El jerezano Kike Lobato no fue el único canterano presente en la sesión de entrenamientos de ayer, puesto que también estuvieron los habituales Bicho, Emaná y el chipionero Joaqui, amén del juvenil Marcelo Villaça Casares, nacido en nuestra ciudad el 14 de diciembre de 1994, por lo que tiene 18 años y que juega de lateral derecho. Marcelo es hijo del que fuese entrenador de fútbol sala, en los momentos estelares de este deporte en nuestra ciudad con el Garvey y Caja San Fernando, Ricardo Villaça. Es un futbolista al que Fernando Niño, segundo de a bordo de Carlos Ríos conoce perfectamente ya que lo ha tenido como titular indiscutible en el equipo juvenil de la División de Honor.
La primera plantilla llevó a cabo esta mañana en el Anexo de Chapín una nueva sesión de entrenamiento de cara al compromiso liguero del próximo domingo ante el Real Rácing (12 horas, El Sardinero).
Carlos Ríos dispuso una sesión de trabajo donde los azulinos practicaron transiciones de juego con algunos rondos. La esperanza es lo último que se pierde y todo el cuerpo técnico motivó sin cesar a una primera plantilla que luchará por traerse tres importantes puntos de tierras cántabras.
En lo que respecta al plantel, Íñigo Vélez, José Mari y Iago Bouzón realizaron trabajo específico mientras que Álvaro Rey trabajó parcialmente con el grupo.
El adiós de Patiño
El Xerez ya ha hecho oficial el adiós de Alberto Patiño al fútbol tailandés Un adiós extraño, que no ha gustado absolutamente a nadie ni por el fondo ni por las formas, como bien refería en su comparecencia de ayer en sala de prensa Rafa Barber.
“En la merienda de Montecastillo Patiño ya no estaba. Cuando nos enteramos ya no lo vemos, come con nosotros y ya está, dejamos de verlo. Fue una sorpresa, una forma que no es la mejor para irse. Si tomas esa decisión la puedes tomar de otra manera, entiendo”, reconocía el valenciano.
Rafa Barber indicaba que tanto Patiño como Adrián Ruiz, el otro desertor, “han mirado su situación personal, pero ya no están, asi que mejor no hablar. Cada uno tiene sus problemas, pero ante estas situaciones hay que aguantar hasta el final. Con este equipo hay que morir hasta el final”.
Barber añadía que “la cabeza de cada uno es diferente”, destacando que “no sabemos la situación personal de Adrián o de Patiño, pero son jugadores ofensivos que iban a ser importantes para nosotros. Ahora no están y son dos bajas considerables, por lo que el equipo se ve mermado, pero si no han querido estar, allá ellos”.
Y es que, lo que peor ha sentado en el seno del vestuario azulino no ha sido la pérdida de dos compañeros, sino la pérdida de dos delanteros: “Más que enfadado por las personas, lo estoy por la demarcación porque esperábamos que nos ayudaran. Al equipo estas salidas le merman mucho, pero la cabeza de cada uno es como es y no sé los motivos de su decisión”
Palabras de Barber.