Usted seguramente recordará aquella película de Jim Carrey en el que el protagonista sufría una extraño trastorno que le hacía mentir continuamente, incluso creyéndose sus propias mentiras.
Las persona afectadas por esta dolencia muestran “una tendencia repetida a mentir, generalmente ante la perspectiva de unos beneficios inmediatos tales como la admiración o atención” su intención pasa por “manipular la realidad para contar una historia más llamativa de lo que en realidad es y es habitual que nunca reconozca sus mentiras ni se preocupe por sus repercusiones, ya que para él o ella es algo totalmente natural, aunque esas mentiras sean evidentes o carezcan de todo sentido”
“Una persona que miente de forma compulsiva generalmente es una persona insegura de si misma que siente la necesidad de llamar la atención de los demás o de mejorar en algún aspecto, generalmente tiene problemas de autoestima. Además un mentiroso compulsivo no reconocerá fácilmente su comportamiento”
Todo lo anterior es directamente aplicable al comportamiento que están teniendo determinados miembros del PSOE en Jerez y específicamente la Sra. Sánchez en estos casi tres meses de automandato. La inseguridad que les da el haber entrado en la alcaldía sin tener el respaldo mayoritario de los ciudadanos les fuerza a estar todo el día intentando justificar por qué lo hicieron aunque para ello tengan que mentir de forma burda.
Que las cuentas del Ayuntamiento de Jerez están ahora mejor que hace cuatro años es algo que en Jerez no cuestiona nadie. Es de pura lógica y sentido común que si se ha ahorrado en gastos y se han mantenido los ingresos es imposible que esté peor, es de cajón. Que tenemos una deuda histórica enorme y que eso lastra el funcionamiento normal del Ayuntamiento, también es algo público y notorio. Jamás escuché en los cuatro últimos años a Enrique Espinosa decir que el Ayuntamiento de Jerez estaba saneado y que ya no tenía deuda. Ese tipo de afirmaciones hubiese sido más propia de la anterior inquilina socialista o la actual que le va a la zaga.
Y la última ha sido ya de traca. Tal es la obsesión por justificar lo injustificable que dicen que no se trasladaba información al Ministerio desde Diciembre de 2013, cuando en la propia página web del Ministerio de Hacienda aparece toda la información trimestral comunicada (por otro lado obligatoria por ley) y datos económicos hasta mayo de 2015.
A pesar de la evidencia, el mentiroso o mentirosa compulsiva no quiere reconocer lo que es una realidad fácilmente constatable en una web oficial. Lo divertido de tener en frente a un mentiroso compulsivo es que su patología le hace cometer muchos errores y quedar en evidencia, haciendo el ridículo ante toda la ciudad.
