El Área de Gestión Sanitaria Norte de Cádiz quiere mostrar su rechazo absoluto a cualquier episodio de violencia que se produzca en sus centros sanitarios, al tiempo que muestra su total solidaridad y respaldo a los profesionales que alguna vez hayan sufrido esta lacra. Prueba de esta sensibilidad es que el director gerente del área, Manuel Lubián, ha acudido a la protesta organizada hoy por este motivo en el centro de salud de La Serrana de Jerez.
El Servicio Andaluz de Salud (SAS) cuenta con un Plan de Prevención de Agresiones con el que la comunidad autónoma fue pionera en este ámbito, una muestra de la apuesta decidida por velar por la seguridad de los profesionales de los centros asistenciales, con una batería de medidas que contó con el consenso de las organizaciones sindicales y el apoyo de las organizaciones colegiales y las asociaciones de consumidores y usuarios, en línea con las directrices de la Organización Internacional del Trabajo y la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo.
Este protocolo incluye asistencia sanitaria y jurídica, así como apoyo psicológico, ante un episodio de violencia. En el caso del centro de salud de La Serrana, desde 2013, se han producido cinco activaciones de este protocolo, el último la pasada semana, ante los insultos y amenazas que recibió una profesional en el ejercicio de su labor por parte de un usuario, que fue denunciado por los servicios jurídicos del SAS, celebrándose el juicio el pasado viernes.
En este sentido, la agresión física o intimidación grave contra profesionales sanitarios en el ejercicio de su función pública asistencial viene siendo considerada como delito de atentado por los tribunales de justicia, y así se han dictado sentencias en estos casos, castigándose con penas de uno a tres años de prisión.
Tanto el Área de Gestión Sanitaria Norte de Cádiz como la Delegación Territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales condena cualquier tipo de violencia, tanto física como verbal, dentro o fuera de un centro sanitario, recordando que bajo ningún concepto o circunstancia puede justificarse este tipo de actuaciones ni buscar un culpable que no sea aquel que lanza el insulto, la amenaza o comete la agresión física.
La violencia es un problema social y desde la Administración sanitaria se ponen las medidas de seguridad que se consideran necesarias para combatirla -el centro de salud de La Serrana, por ejemplo, cuenta con botón antipánico-, pese a lo cual en ocasiones no se puede evitar que los profesionales se vean amenazados, insultados o agredidos.
De enero a agosto de este año, en los centros asistenciales dependientes del Área –atención primaria y hospitalaria de las comarcas de Jerez, la Sierra y Costa Noroeste- se han producido un total de 19 agresiones, de las cuales dos fueron físicas y el resto, verbales.