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De ética y de moral, nada

Ni Rajoy, ni Sánchez, ni Rivera, ni Iglesias han hablado de la falta de valores que tenemos en nuestra ciudad, porque no les interesa

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Reflexionando sobre el debate decisivo o sobre los debates de los segundos de a bordo de los partidos o, incluso, pensando sobre lo que podría ser el debate de los líderes del bipartidismo, me di de cara con una entrevista en la revista Mercurio, de la Fundación José Manuel Lara, con una de las grandes filósofas españolas del presente, como es Victoria Camps, y me quedé con una respuesta a la falta de valores que tenemos en nuestra sociedad, sobre todo porque es un tema que los Rajoy, Sánchez, Rivera o Iglesias han obviado porque, entiendo, no les interesa en absoluto. Lo que les interesa es desacreditar al contrario, vender sus milongas y captar votos y los votos hablando de un educación ética, de una sociedad donde la moral esté por encima de cualquier otra virtud, no parece que lleguen o así lo entienden ellos. Carmen Valls piensa que “no hemos encontrado la forma de educar moralmente a las personas en una sociedad liberal y laica. Se dice que la mejor manera es el ejemplo, pero hoy en día el ejemplo político, el de las personalidades que aparecen en los medios de comunicación y el de los controladores de la economía, no ayudan a fomentar los valores contrarios al egoísmo, al hedonismo, a las diferentes formas de agresión. Lo que debía ser la ética propia de la ciudadanía solo se produce con un revulsivo como la crisis  que abre los ojos a la gente frente a lo que se hace mal y pone la atención en la necesidad de un rearme moral”. De ese realme moral no se ha hablado, mucho de economía, de tú dices eso y yo lo otro, que si tú has hecho eso y tú lo otro, que si yo soy el que debo gobernar y no tú. Pero de la ética de las virtudes, la ética que debe nacer en la escuela o en el seno de la familia  no se habla porque, como bien indica, Valls “los inputs que llegan de la sociedad son contrarios y así es muy difícil que los valores arraiguen en las personas”.  Personas que en muchos de los casos están hartas de estar hartas de lo que han vivido y de lo que viven y que ven el futuro más cercano con poca proyección. Tal vez si se hablase más de valores  morales, de ética, no habría que hablar de esa corruptela de todos que llevó al país al pozo de la economía. 

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