La apertura de la temporada en el monumental coso de Las Palomas de Algeciras, no pudo ser más completa. Por un lado la solidaridad con la Campaña Navidad con Amor, que cada año se encarga de organizar la Asociación Cultural Benéfica Hijo Adoptivo Miguel Ramos Miguelete, con la colaboración del Ayuntamiento de Algeciras y una larga nómina de hombres y mujeres e entidades de la localidad. Todos al quite.
Este año tenía un añadido que engrandeció la clase práctica de la jornada. Al maestro Luis Parra Jerezano se le tributaba un homenaje como recuerdo a su fecunda trayectoria en los ruedos, correspondiendo con una actuación para la memoria. Hizo el paseíllo con los también matadores, Miguelete, Pepe Luis Vázquez y Pepe Luis Martin, numerosos subalternos y alumnos de las Escuelas taurinas.
Las reses fueron donadas por los propietarios de la ganadería “Toros San Miguel “, que resultaron bravas”.El maestro tuvo el detalle de otorgarle una alternativa simbólica al cantaor flamenco jerezano Manolo Simón, que echó con él su duende con las telas de torear.
Sin duda la expectación estaba centrada en la vuelta de El Jerezano, quien a sus 76 años, mantiene su tipo de torero. Formó un alboroto dictando una lección magistral del toreo eterno. Relajado, sin apreturas, con fina inteligencia, naturalidad, exquisitez, toreó por verónicas, despacito al compás, dibujando muletazos por bajo, derechazos y naturales de excelsa calidad, con suavidad, llevando la embestida relantizada Solera reservada del maestro, para grandes acontecimientos. La mañana luminosa invitaba a paladear el buen toreo, como tantas tardes nos hizo vibrar. Faena justa, breve, pero intensa de esas que llegan al alma. Hizo honor el brindis que dedicó a su esposa Carmen, quien se encontraba entre sus hijos y nietos.
