Varias mujeres robaron con esta táctica hace unos días
La Policía Nacional alertó la semana pasada de los timos que habían sufrido comerciantes de la ciudad de manos de varias mujeres que en algunos casos se salieron con la suya y consiguieron llevar hasta buen puerto el engaño. En este caso, recurrieron al conocido timo del cambio o el hurto “mágico”. En esta práctica, los estafadores realizan una compra por valor de entre 1 y 5 euros en almacenes y supermercados generalmente con afluencia de público, y pagan con un billete de 50, 100, 200 y hasta 500 euros. Cuando los dependientes devuelven el cambio, los timadores manifiestan que disponen de dinero suelto y que prefieren pagar el importe exacto, de manera que confunden al vendedor para quedarse con el cambio y la cantidad entregada inicialmente. Aparte de este método, la utilización de bolsas forradas de aluminio, bloquear los sistemas de detección volumétrica con láminas de plástico transparente o pegar bajo el mostrador la joya robada sobre un chicle son algunas de las artimañas utilizadas por los cacos. Identificar sus prácticas es sin duda de utilidad para prevenir su actuación y es aquí donde entran en acción las campañas de información que se enmarcan en el denominado “Plan Comercio Seguro”.
Para ello, los agentes van distribuyendo entre los comerciantes una guía, que también se puede descargar en internet, con un decálogo de consejos útiles. En ella, se analizan las medidas de seguridad del establecimiento: en el interior, en el perímetro y en los accesos; la seguridad en la distribución de los productos para evitar pérdidas a proveedores y comerciantes; las medidas de seguridad de los productos comercializados; la seguridad en el desarrollo de la actividad comercial o la actuación aconsejada si se observa a una personas sospechosa o delincuente, y los pasos a dar en caso de ser víctima de un delito.
El chicle en las joyerías
Estas guías distribuidas también recogen las formas delictivas más comunes. Entre ellas destacan las distintas modalidades de hurtos como el chicle en joyerías, el capote; las bolsas recubiertas de aluminio para evitar el funcionamiento de los chips de seguridad, o la típica técnica de la mancha. ¿En qué consiste el método del chicle? Este procedimiento está muy unido a las joyerías. El delincuente pega un chicle bajo el mostrador y pide al dependiente que le muestre varias piezas. Una de ellas será adherida al chicle para, posteriormente, ser recogida por su cómplice.
En otra de estas prácticas, el capote, el ladrón requiere del dependiente algo que le obligue a abandonar su puesto en el mostrador y trata de entretenerle manteniéndole de espaldas al mismo. En ese momento una segunda persona aprovecha para sustraer mercancía y, si es posible, el dinero de caja. ¿Cuáles son las estafas más habituales?Según la Policía Nacional, las que más se repiten son el pago con billetes o monedas, el cambio de códigos de barras, el cajero bloqueado o manipulado; el phishing; el carding o la venta fraudulenta de productos y servicios a través de internet.