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Jerez

Quejas de los padres del CEIP San Juan de Dios por la falta de portero

Se dio de baja al inicio del curso y el Ayuntamiento sigue sin sustituirlo pese a los avisos. Los restos de basura rebosan ya de las papeleras del patio

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  • Papeleras rebosando. -

En el colegio público San Juan de Dios no salen de una cuando se ven envueltos en otro. Cuando parecía que por fin podían tener un inicio de curso tranquilo, a la tardanza en la incorporación de los maestros de apoyo y de Francés, que ya se ha solventado, se ha sumado la falta de portero después de que el del centro se diera de baja a los pocos días de comenzar el curso.


Según apuntaron ayer desde la AMPA, ya han pasado más de 15 días y desde la Delegación de Educación del Ayuntamiento de Jerez siguen haciendo caso omiso a los correos electrónicos y escritos que ha remitido la dirección del colegio pidiendo que se sustituya a este trabajador municipal. Ha sido en vano, al menos hasta ahora, y por eso la Asociación de Padres y Madres ha decidido pasar a la acción denunciándolo a la opinión pública después de ver cómo la basura rebosa de las papeleras del patio, dado que el portero es el encargado de recogerla a diario, y de los problemas de insalubridad  que se están generando. “Ya más paciencia no podemos tener. En el patio hay hasta cacas de bichos -cuya presencia se ha disparado-  que acuden a los restos de comida, y aquí en este patio hay niños”, critican desde el AMPA.


Además de un conflicto de higiene, los padres advierten del problema de seguridad del que son testigos a diario a la hora de la apertura y el cierre de puertas. “Si la puerta permanece abierta se cuelan personas y hasta algún que otro perro. Si la puerta se mantiene cerrada, se amontonan familiares citados en el colegio sin que nadie pueda abrirles o en algún caso el timbre lo oye alguien, que interrumpe su trabajo y abre”, señalan desde la AMPA, refiriéndose a los docentes y personal administrativo, que se ven obligados a compaginar su labor con la de portero ocasional. Si a esto se le une el espíritu “rebelde” de los pequeños de Infantil de tres años que en plena fase de adaptación lo intentan todo con tal de irse a casa, el  “caos” está servido.

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