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”En San Pablo están en juego 30 puestos de trabajo”

Vecinos y bares de la calle San Pablo, Plaza Vargas y del Clavo, las nuevas zonas acústicamente saturadas (ZAS), a la expectativa tras la resolución del proceso

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  • La calle San Pablo, abarrotada, en una imagen de archivo. -

Incertidumbre, preocupación y expectación resumirían las sensaciones de vecinos y hosteleros de la calle San Pablo y las Plazas Vargas y del Clavo (junto a Tornería) después de que el Ayuntamiento haya anunciado el fin del proceso para la declaración de Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS). Una designación que entrará en vigor una vez que se publique en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP), lo cual no tardará en llegar, y de la que todavía hay mucha tela que cortar.

A la espera de que Urbanismo, que ahora mantendrá encuentros con los representantes de ambos colectivos de estas zonas, concrete qué tipo de medidas se tomarán para limitar el ruido (esta designación le permite desde limitar las licencias de apertura, horarios e incluso el número de veladores), uno de los puntos donde están más preocupados es en la calle San Pablo, una de las preferidas por los jerezanos para concentrarse.


En este sentido, el presidente de Asunico, Manuel García, con varios locales asociados, ha ejercido de interlocutor con el delegado de Urbanismo, Francisco Camas, en este tema, prefiere ser cauto, ya que la declaración como zonas ‘ZAS’ en sí misma “es muy difusa”, por lo que cree que lo que toca es “esperar” y “conocer las medidas a aplicar”.

Aplicar medidas
No obstante, recuerda que en esta céntrica calle “hay en juego 30 puestos de trabajo” y sus circunstancias no son iguales que las Plazas Vargas o del Clavo. “Aquí los hosteleros están en permanente contacto  con los vecinos, han hecho inversiones millonarias por este tema...quiero decir con esto que cada zona necesita unas medidas puntuales”, manifiesta.


En cualquier caso, García tiene claro que a los bares esta declaración “les afecta negativamente se haga lo que se haga”, independientemente de que ellos hayan colaborado sobre todo al estar de acuerdo en que se limite la apertura de más negocios para no saturar la calle, pero siempre con ese fin y nunca pensando que este proceso traería aparejadas medidas “drásticas”.


Por ello, espera que Ayuntamiento tenga en cuenta el contexto de cada zona y ejecute medidas con matices. La Asociación de Vecinos Centro Histórico , a la que pertenecen los residentes de la Plaza Vargas, donde los ánimos están bastante caldeados entre vecinos y hosteleros, confía en que la resolución de este proceso “sirva para controlar algo más la actividad de los negocios” en cuanto a cumplimientos de horarios y de la actividad a la que están autorizados. “La declaración de por sí  no trae nada; debe haber voluntad de aplicar medidas. Esperemos que se pongan en marcha los mecanismos destinados a cumplir lo que acarrea la declaración”, apunta Alejandro González, presidente del colectivo.

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