La sentencia de la Audiencia de Navarra que condenó a los integrantres de La Manada a nueve años de cárcel por un delito continuado de abuso sexual, y no por agresión sexual, sigue deparando numerosas reacciones, puestas de manifiesto a nivel provincial en las concentraciones desarrolladas en la tarde del pasado jueves en ciudades como Jerez, Cádiz o Algeciras, desde donde se siguen sumando muchas más voces a causa de la indignación deparada por el dictamen judicial.
Susana Domínguez, del colectivo Jerelesgay, reconoce que “estamos indignadas. Esperábamos una sentencia ejemplarizante y lo que nos hemos encontrado es una vergüenza de sentencia. Es de vergüenza lanzar este mensaje a los hombres”, responde cuando se le pregunta por su opinión sobre la sentencia de la manada.
“El ser juez no te da una formación en todos los aspectos de la vida ni te va reciclando. Creo que ellos, que carecen de una mínima consideración y formación de género, no entienden las barbaridades que han dicho en esa sentencia, sobre todo el juez este que ha emitido el voto particular”, añade.
A este respecto, desde Marea Violeta Jerez se apunta desde su Facebook que “necesitamos prevenir en todas las etapas educativas. Y es imprescindible la formación en perspectiva de género de los profesionales que trabajan en el sistema público, especialmente de la justicia, de la sanidad, de la educación y de los servicios sociales. Porque el hecho de ignorar lo que implica la discriminación de la mujer sitúa en una posición de absoluta injusticia e indefensión a la mitad de la población”.
Domínguez también apunta al hecho de que los hombres no son conscientes del “plus de peligrosidad” que sufren las mujeres y el temor con el que viven por ser víctimas de una agresión sexual. “Cuando un hombre pasea por la calle y se cruza con una mujer, se queda tranquilo, pero una mujer siempre está en alerta por si le puede pasar algo. Eso el hombre no lo siente”, dice Susana.
La polémica sentencia, por otro lado, se ha encontrado con que “ahora se están escuchando más las voces de las mujeres. Nuestra lucha no tiene marcha atrás. El 8 de marzo ya se vio en las movilizaciones masivas. Un paso atrás no se va a dar, y las protestas que hemos vivido ahora no son fruto sólo de la indignación por la sentencia, sino que viene de atrás”.