La alcaldesa, Mamen Sánchez, descartó este lunes la necesidad de habilitar nuevos equipamientos municipales para la acogida de migrantes llegados a las costas del Campo de Gibraltar, si bien el operativo que se ha preparado en el polideportivo Kiko Narváez en coordinación de Cruz Roja se mantendrá en estos próximos días.
De hecho, a lo largo de la jornada abandonaron las instalaciones del complejo deportivo de La Granja alrededor de un centenar de migrantes, a quienes Cruz Roja había facilitado previamente billetes de tren o autobús para dirigirse a sus destinos definitivos. En la mayor parte de los casos, estos ciudadanos buscan el reencuentro con familiares y amigos en Madrid, Barcelona, Bilbao o países centroeuropeos.
Desde Cruz Roja se insistió en el carácter “excepcional” de la medida que ha sido necesaria adoptar en Jerez como consecuencia de la llegada a las costas de Tarifa de alrededor de medio millar de personas en apenas 24 horas, lo que colapsó sus recursos y obligó de algún modo a derivar a estas personas a Cádiz y Jerez.
En cualquier caso, “no se sabe” que es lo que va a ocurrir a lo largo del periodo estival, que a priori es el más factible para que estas personas traten de cruzar las aguas del Estrecho. “No sabemos si esto se va a repetir. Esperemos que no. Estamos ante un hecho puntual. En cualquier caso, sí es cierto que desde principios de año está llegando más gente que el año pasado y es previsible que sigan llegando”, apuntaban ayer desde Cruz Roja.
Una ciudad solidaria
Tanto Mamen Sánchez como la teniente de alcaldesa de Igualdad, Acción. Social y Medio Rural, Carmen Collado, subrayaron la respuesta que la ciudadanía ha ofrecido ante esta crisis migratoria, con múltiples ofrecimientos y muestras de generosidad. De igual modo aprovecharon para negar que Cruz Roja esté demandando algún tipo de ayuda o colaboración, ya que todas sus necesidades se encuentran cubiertas.
Collado recordó por otra parte que el Ayuntamiento únicamente está cediendo las instalaciones del polideportivo Kiko Narváez a Cruz Roja para atender a unas personas “en tránsito” que apenas permanecen en la ciudad por espacio de tres días ya que su destino definitivo se encuentra en otras zonas de España y Europa.
Rechazo a Sementales
Organizaciones dependientes de la Iglesia Católica tales como Cáritas, Hogar La Salle y Hogar San Juan demandaron la puesta en marcha de un punto de primera atención “estable” que tenga como objetivo “evitar el abandono en la calle” de estas personas, ofreciéndoles la atención sanitaria imprescindible. En este sentido, pidieron que este punto no se habilite en las instalaciones del antiguo depósito de Sementales, tal y como se había apuntado desde el Gobierno local.
También consideraron necesario que se aumenten las plazas concertadas con las entidades que realizan la atención a esta población ante la posibilidad de que próximamente se produzca una “gran externalización” de los migrantes que se encuentran en centros de internamiento “con el fin de dejar sitio ante la posible llegada masiva en estos meses de verano”.
Ante esta situación de crisis, las tres entidades están dispuestas a “potenciar la atención” que ya vienen ofreciendo desde los distintos programas de acogida y desarrollo “aun sin plazas concertadas”. De igual modo, se comprometen a compartir y organizar los espacios, recursos y personal para atender a aquellos inmigrantes que se queden fuera de los cauces anteriormente citados, dotando para ello un programa específico de 15 plazas, que se sumarán a las ya existentes.
Las organizaciones de la Iglesia Católica han constatado además la “amplia respuesta” que se está ofreciendo a este problema “desde distintos puntos y realidades eclesiales”.
“Se les roban sus riquezas naturales”
El obispo de Asidonia-Jerez, José Mazuelos, lamentó que la “economía del descarte” esté posibilitando que los países ricos estén “robando todas sus riquezas naturales” a los pobres, dejando a sus ciudadanos “abandonados”. Por eso, instó a la Unión Europea a intervenir ante un problema que afecta “a personas, y no a números”. “Estamos ante un problema mundial. Cuando una fábrica de gas tiene un escape podemos repartir mascarillas, que es lo que hacemos aquí, pero lo importante es que se corte el escape de gas”, dijo.