Rocío Alfaro
jerez | Aquí en Jerez no tenemos cultura para cenar a las siete de la tarde. Probaremos a ver qué tal, pero el turno de la cena se pierde”. El tono del camarero de Albores, el restaurante de calle Consistorio, en pleno centro de Jerez, podría ser extrapolable a cualquier compañero de la hostelería de la ciudad en el primer fin de semana de la ampliación de horario de la hostelería y el comercio en la ciudad durante las próximas tres semanas. La gran mayoría da por perdida las cenas, en ese extremo están casi todos de acuerdo, pero también hay división de opiniones a la hora de afrontar esta nueva etapa de relajación de medidas de la Junta, en la que muchos optan por echar a rodar e ir decidiendo sobre la marcha.
Es el caso de la cervecería Gorila, en la plaza Plateros, en pleno centro de Jerez, que ha reabierto esta semana después de casi dos meses. “Dependiendo de cómo veamos el público en la calle iremos modificando los horarios día a día o semana a semana”, señala su propietario Javier Sánchez a este medio, quien reconoce que es partidario “del pensamiento de que si hubiéramos cerrado todo hubiéramos salido antes de todo esto”.
Finalmente, añade, “se ha tomado la decisión de compartir la vida con el virus”, por lo que espera que a partir de ahora las nuevas cepas que se están detectando “no sean un problema” y que “el comportamiento de la gente y de los establecimientos sea ejemplar”. En principio, en su local abrirán de 12.00 a 16.00 horas, pero no descartan ir ampliando los horarios en función de la respuesta de los clientes.
En La Tasca, en la calle Paraíso, junto a la Plaza del Caballo, tienen claro que el local de restauración que esté dispuesto a servir cenas con el nuevo horario (hasta las 22.30 horas) “es que no lo ha probado”, apunta Juan, su propietario, para referirse a su etapa en el pasado mes de diciembre. “Era correr para nada, porque no daba tiempo”, reconoce.
Por esta razón, estarán abiertos todo el día y serán flexibles, pero no darán cenas, a sabiendas de que “somos animales de costumbre” y de que “captar” a la gente para cenar “va a costar trabajo”, reconoce, tras presumir de una clientela fiel que antepone la terraza al interior de los locales principalmente por el miedo. “Me han llamado mucha gente hoy (por el viernes) que quiere terraza”, afirma. Aun cumpliendo escrupulosamente la normativa en el interior, donde, por cierto, reconocen que, tener aforo del 50 al 75% les afecta prácticamente igual, explican que los comensales siguen demandando exterior. “Hay miedo, todo el mundo quiere terraza”, admite.
En El Portal de Antonio, en la zona de Chapín, fijan el límite a las nueve de la noche para garantizar a los clientes que puedan cenar. Más tarde de esta franja, no se comprometen dado que se trata de un local especializado en la elaboración de comida casera donde, salvando las tapas frías, todo requiere de una preparación. “Necesitamos tiempo, no puedo tener ni al cliente corriendo ni a los cocineros y a los camareros, porque hay que preparar todos y luego recoger toda la cocina y dejarlo todo listo para el día siguiente”, indica Antonio, propietario de este establecimiento.
Pese a la complicada coyuntura económica por la crisis sanitaria, se siente afortunado por la fidelidad de sus clientes y ha descartado el uso de la barra, pese a que está permitido, por prevención. “El turno de la cena está perdido”, señala sin ocultar su sorpresa por la ampliación de los horarios. No obstante, en su caso, los desayunos y los almuerzos siguen cubriendo sus expectativas, aunque cifre en un 30% la bajada de las ventas por la pandemia. “Tengo bastantes comidas y desayunos gracias a Dios. Para mí ha sido una sorpresa ver que nos ampliaban el horario una hora más”.
Muy por el contrario, en Albores, en la céntrica calle Consistorio, esperaban más de la última comparecencia del presidente de la Junta, Juanma Moreno, donde como en otros restaurantes han optado por abrir la cocina de forma ininterrumpida hasta las 22.30 horas, pero tienen asumido que el turno de las cenas se seguirá perdiendo a menos que las autoridades no abran la veda por lo menos media hora más. “Nosotros esperábamos más, al menos hasta las 23.00 horas. Parece poco, pero media hora te soluciona mucho para servir cenas”, señalan. Otros tantos, mantendrán sus horarios de cierre durante la semana hasta “que haya gente”, como apuntan en El Portal de Antonio, y estarán a la expectativa los fines de semana, en función de la demanda de clientes.
