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La ley que podría cambiar el fútbol

La nueva Ley del Deporte eliminaría la obligación de que los clubes se transformen en SAD al llegar al fútbol profesional

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  • Aficionados del Xerez DFC en el Estadio Municipal de Chapín. -

Días atrás saltaba una noticia importante relacionada con el mundo del deporte en el ámbito español que no ha dejado indiferente a nadie, sobre todo al mundo del fútbol. Esta información decía que el Gobierno “confirma” el fin de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) en el deporte profesional. Este hecho podría cambiar el fútbol tal y como lo conocemos ahora y según estábamos acostumbrados desde los años noventa del pasado siglo. Esta forma jurídica a la que debían convertirse los clubes si llegaban al ámbito profesional se planteaba como solución a los problemas económicos que sufrían las entidades por aquel entonces y que, treinta años después, se ha visto que no ha sido así. De hecho, las SAD han sido, en muchas ocasiones, un mal pandémico para muchos clubes. Hay muchos ejemplos como la expulsión del Reus de Segunda División en la temporada 18/19 y su posterior disolución, la desaparición de la histórica Unión Deportiva Salamanca o, incluso, el “robo” de un equipo a su afición como el famoso caso del Ciudad de Murcia que pasó a ser Granada 74. En Jerez, en el año 2013, se funda el Xerez DFC en una respuesta de la afición a la mala gestión que durante muchos años se hizo en el Xerez CD.

A raíz de ahí, se realiza un Anteproyecto para una nueva Ley del Deporte que parece que, según el Gobierno, podría llevarse a las Cortes pasado el verano. Antonio Millán Garrido es uno de los coautores de este Anteproyecto y, hasta hace una semana, Presidente de la Asociación Española de Derecho Deportivo. Millán destaca de la Ley del Deporte de 1990 fue “un buen marco normativo con un equilibrado modelo de colaboración público-privado y la modernización de las estructuras”, aunque el transcurso del tiempo “ha ido generando aspectos deficitarios en una regulación que, treinta años después, se muestra en general insuficiente y, en algunos temas, inadecuada para dar respuesta a la realidad actual del sector deportivo”.

“La ley vigente”, explica Millán, “determina que los clubes que participen en competiciones deportivas oficiales de carácter profesional y ámbito estatal adoptarán la forma de sociedades anónimas deportivas”, con las excepciones ya conocidas de Real Madrid, Barcelona, Athletic de Bilbao y Osasuna.

Asimismo, considera que “la opción por la SAD no fue acertada. Se entendió que era la solución a la deficitaria situación económica de los clubes y no fue así, ya que en los siguientes años se acentuó su crónico endeudamiento, no hubo transparencia económica y no se modernizaron las estructuras. En cambio, los clubes pasaron, en demasiadas ocasiones, a ser gestionados por personas advenedizas, que sin afición ni especiales conocimientos buscaban el negocio propio o el beneficio indirecto. Y, además, disminuyó la atención a las canteras, se vendieron estadios históricos y se marginó a una afición, que ya nada pueden decir o hacer, por cuanto los aficionados no son socios, sino meros abonados”.

A partir de 2010 aparecieron los mecanismos de control financiero y, además, Antonio Millán añade que “la obligatoriedad de la SAD es contraria a la Directiva 2006/123/CE, de 12 de diciembre, del Parlamento y del Consejo Europeo, justifican el que el Anteproyecto de Ley del Deporte ponga fin a la exigencia de una determinada forma jurídica para los clubes profesionales”.

Ahora, con la nueva Ley del Deporte, cada club podrá optar por la forma jurídica que quiera: sociedad anónima, otra sociedad de capital, asociación, etc., “en cada caso con los requisitos exigidos por la propia ley y siempre con el control financiero de la liga profesional. De momento, las SAD seguirán siendo SAD o, al menos, no podrán volver a ser clubes, por cuanto la transformación de una sociedad de capital en asociación es prácticamente imposible. Pero los clubes que vayan accediendo de la nueva 1ª RFEF a las categorías profesionales no tendrán ya obligación de transformarse”.

Esta nueva Ley del Deporte se recibe con los brazos abiertos en el Xerez DFC. Millán, patrono de la Fundación y miembro del consejo asesor, destaca que es “una gran noticia” porque si el club “llega a la Liga Smartbank podría seguir siendo club, una asociación en manos no de terceros, sino de sus socios, con sus principios y valores, con sus estatutos y sus reglamentos, sin perjuicio del control financiero de la LFP”

Además, traería otras novedades como la creación de ligas “profesionalizadas” entre las ligas profesionales y las aficionadas “para aquellas competiciones que, sin ser profesionales, tienen una organización sólida, vínculos laborales y son susceptibles de una explotación económica razonable”. Otra novedad sería la “despublificación del régimen disciplinario, que pasa a ser competencia exclusiva de las federaciones o ligas”.

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