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La Pasión

Alcalá del Río revive la magia del Belén viviente más emblemático de Sevilla

'Sucedió en Belén', organizado por la Hermandad de la Soledad, transforma Alcalá en Judea del 13 al 15 de diciembre con su impresionante representación navideña

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  • Belén viviente de la Soledad de Alcalá del Río -

El misterio del nacimiento de Jesús en un humilde pesebre sucedió en Alcalá del Río. Y aunque la afirmación no se corresponda con la historia ni con la tradición, la Hermandad de la Soledad transforma año tras año este pueblo de la Vega sevillana del Guadalquivir para que sea el enclave de Judea en el que nació el Señor. Los próximos días 13, 14 y 15 de diciembre los soleanos volverán a dar vida a ‘Sucedió en Belén’, el Belén viviente más veterano de la provincia y único que se celebra en el casco urbano de la localidad.

No es este un Belén viviente al uso, siendo pionero en la provincia en este tipo de representación, lo que lo ha hecho erigirse como la cita de visita obligada a las puertas de la Navidad. Este año retrasa su fecha habitual – en el puente entre el día de la Constitución y la solemnidad de la Inmaculada – con motivo de los actos y celebraciones que se llevarán a cabo en la Archidiócesis en el marco del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular.

En ‘Sucedió en Belén’ se lleva a escena la historia del nacimiento de Jesucristo desde la anunciación del ángel Gabriel a la Virgen María hasta la adoración de los Reyes Magos en el portal de Belén. La representación se desarrolla en un escenario vivo, en el corazón de Alcalá del Río, en pleno casco urbano e histórico, en un área de más de 8.000 metros cuadrados. No se trata de un recinto creado al efecto ni fuera del núcleo urbano, sino que son las calles y plazas donde se desarrolla la vida diaria del pueblo, siendo de este modo el único Belén con un escenario de este tipo.

Esta cuestión también conlleva que esta ciudad efímera a base de decorados se levante en un día – para afectar lo menos posible a la vida diaria de los vecinos – y se desmonte en apenas una tarde. Un prodigioso trabajo de organización y logística que consigue transformar calles de reminiscencia árabe – ya que este era el núcleo poblacional en época de dominación musulmana –, de calles estrechas y sinuosas, para recrear las ciudades de Nazaret y Belén de hace dos milenios.

Este viaje en el tiempo y el espacio se hace en grupo y acompañado por un narrador, que va ejerciendo de hilo conductor de la historia, dando paso a la representación de cada escena, hasta un total de 8, con las que se desarrolla el relato. El itinerario, de algo más de un kilómetro, totalmente accesible, se jalona tanto de monumentos y vestigios históricos – los restos del antiguo alcázar árabe, la parroquia y su torre mudéjar – como de escenas de ambientación, que consiguen la inmersión del espectador en el relato, le dan continuidad a este y consiguen enriquecer la experiencia de la visita. No faltan en escena hebreos de todas las edades – abundando en sus ropajes el color morado propio de la Hermandad –; los útiles, herramientas y aperos de otras épocas; animales de todo tipo, hogueras y hogares, donde se cocinan viandas.

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