Ya lo conocen como el peluquero solidario o el peluquero de los sintecho. Isaac originario de originario de Mequínez (Marruecos) y peluquero de profesión ha convertido espacios de la ciudad de Málaga, como la plaza de la Merced,
en peluquerías al aire libre.
Este joven de 35 años llegó a España para estudiar, de eso ya hace 14 años, pero lo realmente extraordinario es lo que lleva haciendo desde hace
casi dos años. Tras el fin de la cuarentena, Isaac, como todos nosotros, volvió a pisar la calle y se percató de la cantidad de personas que viven y duermen a la intemperie. Fue entonces cuando decidió sumar su granito de arena y ofrecer a los sintecho “al menos un corte de pelo” gratis, recuerda Issac Vantino, apellido con el que se da a conocer en redes sociales.
Utiliza sus
días de descanso, mínimo una vez a la semana, miércoles o domingos o ambos. En su mochila lo lleva todo. Con esta peluquería a cuestas pasea por la plaza de la Merced, el Paseo del Parque, cerca de la Estación de Autobuses o por cualquier rincón malagueño en el que se congreguen estos hombres y mujeres. “
Me acerco con respeto y les pregunto si les gustaría que les hiciese un corte de pelo”, cuenta a este medio, unos minutos antes de comenzar su jornada solidaria.
Suele emplear las mañanas y
dedica mínimo una hora, aunque a veces se alarga a dos o más; porque siempre intenta atender, como poco, a tres o cuatro personas. Tras estos meses de trabajo ya tiene una
pequeña clientela, “cuando me ven cogen la cola directamente”, dice entre risas.
Y es que para Isaac son sus clientes. Los trata como tal, con mucho respeto y con un cariño que se puede apreciar en su mirada y sus gestos.
Un servicio de peluquería que va más allá de un corte de pelo o arreglo de barba. “Cuando nos vestimos bien y tenemos un buen corte de pelo tenemos más confianza,
se puede buscar un trabajo y hablar con otra gente”, asegura este peluquero, mientras añade “que por eso mucha gente ha salido” de la calle.
Este peluquero también hace algo muy importante, los ve y los escucha. “Creo que la gente tiene que
abrir los ojos, pasamos cerca de ellos como si no tuviéramos sentimientos. Tenemos que ver a esta gente o, por lo menos, escuchar su historia y lo que están pasando, porque vivir en la calle es duro”.
Isaac es ese rayo de esperanza que les
anima a superar sus problemas, porque nunca es demasiado tarde para empezar de nuevo.