El Primer Informe Nacional de Ahogamientos de Menores ha asegurado que los ahogamientos constituyen la segunda causa de muerte accidental infantil, "datos alarmantes al saber que casi su totalidad son prevenibles", según el doctor Manuel Baca, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud Málaga.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que en el mundo mueren cada año 236.000 personas por ahogamiento y "el mayor riesgo es en niños, siendo el 70 por ciento de las víctimas por ahogamiento menores de seis años", apunta el doctor Baca, apoyándose en datos de la Asociación Española de Pediatría.
Concretamente, en nuestro país en los últimos cinco años han muerto más de 100 menores. Cuatro de cada cinco menores muertos por ahogamiento no estaban vigilados y, según el Primer Informe Nacional de Ahogamientos de Menores, "la mayoría de los fallecidos son niños de entre dos y cuatro años y en un entorno no vigilado, principalmente piscinas particulares".
Por ello, y ante el riesgo que supone, el Servicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud Málaga recomienda "especial alerta, más aún durante el verano".
"No solo en mar y piscina, también hay que ser precavido con los recipientes en los que puede almacenarse líquido, como cubos, bañeras o piscinas portátiles, ya que solo hacen falta dos centímetros de agua y dos minutos sin supervisión para que un pequeño pueda ahogarse", ha recordado el pediatra.
"Lo primordial es la supervisión continua, pero otra precaución adicional es que todos los niños tomen clases de natación como forma de añadir una capa más de seguridad en el agua", ha recomendado el jefe de Pediatría del centro.
Además, la American Academy of Pediatrics (AAP) aconseja el uso de "capas o niveles" de protección. "Cuando los niños están jugando en el agua o alrededor del agua, es fundamental supervisarlos de cerca y constantemente, pero también ciertas barreras pueden ayudar a prevenir tragedias durante lapsos breves e inevitables de la supervisión, que son parte normal de la vida cotidiana.
Así, la instalación de cercos o cierres puede prevenir más de la mitad de los ahogamientos de niños pequeños en las piscinas",
advierte Manuel Baca. Además, "los juguetes se mantendrán fuera del área de la piscina para que los niños no sientan curiosidad e intenten atravesar dicha barrera para llegar a ellos".
También hay que tener cuidado con el corte de digestión o hidrocución, que "se produce como consecuencia de un cambio brusco de temperatura al entrar de manera precipitada en agua fría, provocando un estrechamiento de los vasos sanguíneos y, por tanto, haciendo que la sangre fluya más lentamente al cerebro, lo que puede originar un desmayo", explica el doctor.
MEDIDAS URGENTES CONTRA AHOGAMIENTOS
En el caso de un bebé, se debe coger al niño en brazos una vez fuera del agua, pedir ayuda inmediata o trasladar al niño al centro hospitalario más cercano.
Además, "para disminuir el riesgo de que aspire el agua, es importante mantener la cabeza más baja que el resto del cuerpo y comprobar si respira espontáneamente. En caso contrario, practicarle la respiración artificial (boca a boca)", ha advertido el pediatra.
Si se trata de un niño mayor, en aguas poco profundas y si el pequeño no respira, sostener con un brazo el cuerpo y con la otra mano la cabeza, cerrándole la nariz al efectuar el boca a boca. "Traslade al accidentado a la orilla, pida ayuda y continúe con las maniobras de reanimación, además compruebe el pulso y si es ausente lleve a cabo masaje cardíaco."
En el caso de que el niño inicie la respiración espontánea y pulso, se colocará en una posición decúbito lateral con el brazo interno flexionado en ángulo recto con el cuerpo y el dorso de la mano bajo la mejilla. La pierna del lado interno extendida y la otra flexionada.
"Si el menor no responde se trasladará al centro hospitalario más cercano, sin interrumpir las maniobras de respiración artificial y masaje cardíaco hasta llegar al punto de destino", ha aconsejado el doctor para evitar un mal mayor.
CAMPAÑA 'OJO PEQUE AL AGUA'
El Hospital Quirónsalud Málaga y su servicio de Pediatría se unen así a la campaña 'Ojo peque al agua', para hacer partícipe a toda la población de los riesgos que tienen los medios acuáticos no supervisados en menores, así como ofrecer consejos para prevenirlos y saber cómo actuar ante un caso de ahogamiento.
La campaña inunda las redes sociales durante las primeras semanas del verano para concienciar a los adultos de que esa vigilancia sobre los más pequeños es imprescindible para evitar sustos innecesarios.
Promovida por la vicepresidenta de la Asociación Nacional de Seguridad Infantil, María Ángeles Miranda, y la directora de Comunicación en Grupo Ibe Socorrismo Acuático, Pilar Naval, esta iniciativa cuenta con el apoyo de más de 540 organizaciones como empresas, medios de comunicación, ONG o administraciones públicas, así como la participación en redes sociales de miles de seguidores y profesionales.