El Spacetourer de Citröen es una clara alternativa a los monovolumen (o croosover actuales) y a las berlinas familiares, así como a los todocaminos. Vehículo muy cómodo y práctico para el día a día es todo polivalencia.
La desaparición o la transformación de los monovolúmenes grandes en crossover está haciendo que las marcas utilicen la plataforma de sus comerciales para ofrecer vehículos con espacio para familias numerosas de más de cinco miembros y sus bultos.
Y ello sin olvidarse del profesional que además necesita un coche para hacer su trabajo. Es lo que se llama polivalencia y es lo que respira por todos sus poros la nueva Citröen Spacetourer.
Antes de entrar en detalle hay que destacar que es el mismo vehículo que en Toyota se llama Proace y en Peugeot Traveller. Esto se debe a que las tres marcas se han unido para desarrollar conjuntamente esta furgoneta y reducir así costes.
En el caso del Spacetourer, para su fabricación se utiliza la misma plataforma, aunque reforzada, de los monovolúmenes compactos C4 Picasso y Grand Picasso de Citröen.
Se puede elegir en tres tallas de largo diferentes: 4,60 metros (XS), 4,95 metros (M) y 5,35 metros (XL). La altura (1,90 metros) y la anchura (1,92 metros) es la misma para las tres.
Es importante tener en cuenta, tanto para los profesionales como para los particulares, que, con la altura de 1,90 metros, se puede acceder a los aparcamientos subterráneos, lo que es una clara ventaja respecto a otros modelos de la competencia.
Solo se puede adquirir con motores diésel de última generación BlueHDi, cuyas potencias están comprendidas entre los 95 y los 180 CV.
Dependiendo de si es para uso profesional o para uso particular hay motores a los que no se puede acceder. Es el caso del de 95 CV que solo está disponible para los primeros y con caja pilotada ETG6.
La unidad probada es con talla M, con el propulsor de 150 CV -es de serie en toda la gama la parada y arranque automático del motor Start & Stop- y la caja manual de seis velocidades (el motor de 180 CV lleva la automática de seis relaciones EAT6).
Exteriormente, aunque cuenta con esa derivación de vehículo comercial, guarda mucha proximidad con lo que hasta hace poco caracterizaba a un monovolumen de larga batalla, que eran las formas un tanto cuadradas para ofrecer una altura destacada a sus ocupantes y un maletero amplio.
En la lista de los que han perdido ese perfil destaca la nueva generación del Renault Space, que ha dulcificado sus formas y parece más un SUV.
Por el contrario siguen conservando la silueta de monovolumen los Volkswagen Sharan, Seat Alhambra, Ford Galaxy (sin puertas laterales correderas), SsangYong Rodius o Mercedes-Benz Clase V, por citar algunos.
Ya que hablamos del frontal "agresivo y musculoso" que ofrecen los SUV, el Spacetourer también lo tiene. La amplia parrilla y las luces de conducción diurna en forma vertical y en los extremos del paragolpes le dan ese toque de "tipo rudo".
También ayuda notablemente a esa imagen el que los dos chevrones estén situados a la altura de los faros.
Como contraste el capó es pequeño, lo que facilita enormemente las maniobras para aparcar el vehículo.
En el lateral sobresalen las dos puertas laterales (opcionalmente pueden ser de apertura eléctrica), que dan acceso a vehículo espacioso al que se sube y se baja con facilidad por la amplia apertura que tienen.
Para niños es todo un divertimento el poder pasar de un asiento a otro de la misma fila antes de que se inicie la marcha y se pongan el cinturón de seguridad.
De lo que se quejarán es de la falta de una pequeña ventana para poder abrirla. El Spacetourer carece de pequeños ventanucos como hay en otros modelos de la competencia.
Pero se puede decir que casi será su único lamento porque en la versión probada, con nueve asientos, caben la mayoría de sus amigos. La configuración de 9 plazas se divide de la siguiente manera: tres delante (la del conductor va separada y las otras dos juntas) tres en el medio y tres detrás.
Las banquetas de la segunda fila y de la tercera -como sucede en los monovolúmenes- no se desplazan longitudinalmente, lo que resta algo de modularidad.
Para acceder a la tercera fila, la que más gusta a los pequeños, se pliegan los asientos de la segunda en proporción 40:60. Muy a tener en cuenta para los padres de familias numerosas el que en las seis plazas traseras hay isofix para los sistemas de retención infantil.
En la parte trasera nos encontramos con un portón que en las versiones más equipadas tiene apertura independiente para la parte acristalada lo que facilita la introducción de ropa de abrigo o bolsas pequeñas, así como su acceso a ellos sin tener que abrir todo el maletero.
Citröen ha recuperado este práctico sistema, que antes ofrecía, por ejemplo, Renault en su monovolumen compacto Scénic, Land Rover en el Freelander o Toyota en el Land Cruiser.
Una vez abierto el portón éste permite que personas de casi 1,90 metros puedan estar introduciendo o sacando -incluso al resguardo de la lluvia- objetos en la furgoneta sin tener que agacharse.
El conductor también se siente cómodo con el vehículo en marcha, principalmente porque que el puesto es elevado y le permite ver con total claridad lo que hay a su alrededor frontal y lateralmente.
Para las maniobras traseras es aconsejable equipar la cámara de visión de 180° con la función Top Rear Vision. Cuando el vehículo se aproxima a un objeto la imagen que se le ofrece al conductor es cenital, lo que facilita el manejo del volante.
La unidad probada no equipa la cámara y con tanto reposacabezas y solo con los sensores de aparcamiento hay que poner más atención a la hora de estacionar.
Otra característica fundamental del puesto del conductor es que es bastante ergonómico y las principales funciones del vehículo quedan al alcance de la mano.
Desde la pantalla táctil central se accede a los datos del vehículo, al equipo de música, a la navegación, al teléfono y a diferentes aplicaciones de internet.
Debajo está el climatizador bizonal, que se maneja con botones en vez de con ruedas y que tiene salidas independientes para la parte de atrás. Es destacable su buen funcionamiento a pesar de la enorme superficie acristalada del vehículo.
Como buen militante que se precie del segmento de los monovolúmenes y las furgonetas cuenta con bastantes espacios para dejar las cosas que se llevan en el bolsillo: llaves, teléfono móvil u otros enseres.
Estos se pueden repartir entre las dos guanteras que hay al lado de los copilotos y la especie de cofre sin tapa ubicada en la parte alta del salpicadero.
Por lo que respecta a su comportamiento en marcha, la altura y anchura le dan aplomo en recta, mientras que en curva se hacen notar.
Donde mejor se encuentra es en recta, así como en calles abiertas en ciudad, lo que no significa que haya que huir de las zonas estrechas o de las curvas reviradas.
Se maniobra bien con él y los accesos a los aparcamientos le hacen más polivalente y cómodo para el día a día que otros modelos de la competencia.
El motor diésel de 150 CV, que ha tenido un consumo mixto en la prueba de 8,6 l/100 km, mueve con celeridad al Spacetourer, lo que le asemeja más a un monovolumen que a un furgón.
En definitiva, el Spacetourer es una clara alternativa a los monovolumen (o croosover actuales) y a las berlinas familiares, así como a los todocaminos.
El espacio que ofrece, combinado con modernos motores como el diésel probado, lo hacen muy cómodo y práctico para el día a día.
En línea con el resto de competidores de otros segmentos puede contar con un nutrido conjunto de asistentes a la conducción y, si no se le requiere para trabajar entre semana, se le puede dotar de acabados y equipamientos tan confortables como los de cualquier monovolumen.
Por precio 26.720 euros del acabado Business para profesionales (Sin IVA. Para adquirirlo como turismo la versión equivalente es el SpaceTourer M BlueHDi Feel, cuya tarifa es de 30.921) la música suena bien a los oídos de cualquier comprador que busque un vehículo polivalente y con un motor potente.
El "problema", si puede denominarse así, es si se quiere evitar una velocidad máxima de 90 km/k en autopista o una ITV cada dos años (hasta que cumpla los 6, que baja a 1 año y luego a seis meses a partir de una antigüedad de 10 años), tal y como establece la normativa.
Entonces habrá que pagar algo más de cuatro mil euros para circular y pasar las revisiones como cualquier turismo.
Centrándonos en este caso, en el de una persona que busque un vehículo familiar, el precio del Spacetourer se sitúa en la parte baja.