Francia quiere que, desde la primavera, todos los países de la Unión Europea aumenten sus reservas de gas para conseguir que antes del próximo invierno estén al 85 %, como una forma de avanzar hacia la independencia de las importaciones de Rusia.
"Tenemos que acelerar el llenado de nuestras reservas", subrayó este miércoles el ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, en la apertura de una conferencia en París sobre la autonomía energética de la UE, en la que no abordó directamente la delicada cuestión de cortar las compras de gas y petróleo ruso, como anunció el martes Estados Unidos.
Sí que dijo que "la respuesta adecuada al choque energético" que ha provocado la invasión de Ucrania por Rusia es "la independencia" de Francia y de Europa. Admitió que eso no se conseguirá en unas semanas, sino que hará falta pasar por una serie de etapas, por el "acompañamiento" de las empresas y consumidores más frágiles, y por una "adaptación de nuestro modelo económico".
Hizo hincapié en que "este choque energético de 2022 es comparable (...) al choque petrolero de 1973", pero también en que la respuesta de los poderes públicos no puede ser la misma porque el apoyo masivo a la demanda que se decidió entonces y la subida de tipos de interés condujo a una escalada inflacionista y al parón económico, lo que se conoció como la "estanflación".
A corto plazo, dijo que hay que "diversificar" las fuentes de aprovisionamiento de Europa y eso requiere nuevas infraestructuras. Por eso se felicitó de que Alemania acabe de anunciar la construcción de la que será su primera terminal de regasificación.
Por su parte, Le Maire anunció que su país va a trabajar para hacer "lo más operativas posibles" las cuatro que tiene. Según sus servicios, esas mejoras podrían permitir que lleguen entre un 10 % y un 15 % más barcos con gas natural licuado (GNL).
A medio plazo, -afirmó- las soluciones tienen que venir de "la adaptación de nuestros modos de vida", por ejemplo reducir en un grado la temperatura de las calefacciones, que permitiría un ahorro energético del 8 %.
Pero también de "la reforma del mercado de la energía" para desacoplar los precios de la electricidad de los del gas, que "es una aberración económica y medioambiental".
El ministro francés insistió en que el sistema europeo de fijación de precios de la electricidad, que en la práctica lo hace dependiente de la cotización del gas "es absurdo y debe cambiar". Se mostró esperanzado en que la Comisión Europea, que hasta ahora ha sido muy reticente, "propondrá ajustes, aunque sean temporales.
A largo plazo, dijo que hay que acelerar la transición energética, que en el caso de Francia se traducirá en la construcción de nuevos reactores nucleares (se han anunciado seis, con opciones para otros ocho), el despliegue de renovables o apostar por el hidrógeno generados con fuentes "verdes".
Además, dijo que tiene intención de dirigir todos los ingresos fiscales obtenidos de los hidrocarburos a las energías verdes y descarbonizadas, "a la independencia energética".
En esta conferencia, que precede la cumbre europea de Versalles en la que la cuestión de la autonomía energética será central, participa por vídeoconferencia la ministra española de la Transición Energética, Teresa Ribera.