Al menos 89 personas han muerto en los dos terremotos de magnitud 5,6 en la escala de Richter registrados este viernes en la provincia de Yunnan, en el suroeste de China, según un nuevo balance ofrecido por Cruz Roja.
Los servicios de rescate han indicado que han alcanzado el 90 por ciento de los lugares afectados por el seísmo, que ha dejado un total de 740.000 damnificados. Además, las autoridades provinciales han señalado que los daños económicos ascienden a los 3.500 millones de yuanes (alrededor de 430 millones de euros).
Los seísmos se produjeron cerca de la frontera entre las provincias de Yunnan y Guizhou, el primero hacia las 11:19 horas (5:19 hora peninsular en España) y el segundo alrededor de 45 minutos más tarde, según informó el Observatorio Geológico de Estados Unidos (USGS). El epicentro se ha localizado a nueve kilómetros de profundidad.
La mayoría de víctimas eran del condado de Yiliang, en la provincia de Yunnan, cerca del epicentro de los dos terremotos. Aparte, una persona ha perdido la vida en la cercana localidad de Zhaotong y no se han registrado víctimas mortales en la provincia de Guizhou.
El primer ministro chino, Wen Jiabao, viajará a la zona afectada, aunque no ha dado detalles acerca de cuándo realizará la visita. Desde el Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico en la ciudad rusa de Vladivostok, el presidente, Hu Jintao, ha ordenado el envío de ayuda humanitaria urgente.
La televisión estatal CCTV ha mostrado imágenes de carreteras llenas de escombros y diferentes incendios. Li Fuchun, un funcionario de Luozehe, la localidad donde se ubicó el epicentro del seísmo, ha explicado que "la parte más difícil del rescate es el tráfico".
"Las carreteras están bloqueadas y los servicios de rescate tienen que subir las montañas para llegar a las aldeas más remotas", ha explicado. Los medios estatales han advertido de que podría aumentar la cifra de muertos a medidas que los servicios de seguridad accedan a la localidades más aisladas.
Los edificios de las regiones menos desarrolladas de China suelen incumplir las normas de construcción y son, por ello, más vulnerables ante los terremotos. En 2008, cerca de 87.600 personas murieron en la provincia de Sichuan, en el suroeste de China, a causa de un terremoto de 7,8 de magnitud.