La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha cifrado este jueves en más de un millón el número de refugiados sirios registrados en Líbano, en lo que ha descrito como "un hito terrible".
La agencia de Naciones Unidas ha indicado que Líbano se ha convertido en el país con una mayor concentración per cápita de refugiados sirios y que está haciendo frente a una situación "que no da muestras de ralentizarse". En la actualidad, la cifra de refugiados sirios supone una cuarta parte de la población.
"El flujo de un millón de refugiados sería masivo para cualquier país. Para Líbano, una pequeña nación sacudidas por dificultades internas, el impacto es muy importante", ha dicho el Alto Comisionado para los Refugiados, Antonio Guterres.
En base a las cifras que maneja ACNUR, en abril de 2012 había registrados 18.000 refugiados sirios, cifra que aumentó hasta los 356.000 en abril de 2013 y que se ha disparado hasta el millón en el último año. El organismo registra a 2.500 refugiados sirios al día.
En un comunicado, ACNUR ha dejado claro que el impacto de la llegada de este número de refugiados a Líbano "ha sido inmenso". "El país ha experimentado graves consecuencias económicas debido al conflicto en Siria, incluida una reducción del comercio, el turismo y la inversión y un aumento del gasto público", ha relatado.
La agencia de Naciones Unidas ha advertido de que los servicios públicos de Líbano tienen dificultades para afrontar el aumento de demanda en sanidad, educación, suministro eléctrico y de agua, entre otros ámbitos.
El Banco Mundial estima que la guerra que está sufriendo Siria le ha costado a Líbano unos 2.500 millones de dólares en pérdidas económicas en 2013 y amenaza con dejar a unos 170.000 libaneses en la pobreza a finales de 2014.
Según las estimaciones de ACNUR, los niños representan la mitad del millón de refugiados sirios en Líbano. En concreto, el niños en edad escolar es de más de 400.000 menores, "eclipsando el número de niños libaneses en las escuelas públicas. Los centros escolares libaneses han abierto sus puertas a unos 100.000 niños refugiados, toda vez que aún no pueden acoger a todos los menores sirios.
Las comunidades locales son las que sufren más directamente los efectos de la llegada de los refugiados, con algunos municipios y pueblos en los que los refugiados ya son más que los libaneses. En todo el país, según ACNUR, las infraestructuras están llegando a sus limites, lo que tiene consecuencias igualmente para refugiados y libaneses.
La agencia de Naciones Unidas ha advertido de que en las comunidades locales los servicios sanitarios, las clínicas y hospitales han quedado saturados y se está agotando el suministro de agua. "Los servicios sanitarios y la recogida de basuras han quedado gravemente debilitadas. Las clínicas y los hospitales están saturados y los suministros de agua agotados. Los salarios están cayendo por el aumento de mano de obra. Hay un creciente reconocimiento de que Líbano necesita apoyo para cubrir las necesidades a largo plazo y capear la crisis", ha afirmado ACNUR.
"El apoyo internacional a las instituciones gubernamentales y a las comunidades locales está a un nivel que, aunque crece lentamente, está lejos de la proporción que se necesita", ha afirmado Guterres. "Apoyar a Líbano no sólo es un imperativo moral, también es muy necesario para detener la erosión de la paz y de la seguridad en esta frágil sociedad y también en toda la región", ha subrayado.
ACNUR ha recordado que mientras crece la emergencia humanitaria en Líbano, la comunidad internacional sólo ha aportado el 13 por ciento de los fondos reclamados para ayudar a este país.
