El autor chileno Alejandro Jodorowsky ha hecho de la psicomagia una técnica terapéutica que, a partir del arte, propone ir un paso más allá del psicoanálisis y resolver problemas sexuales, materiales o emocionales a través de acciones artísticas, metafóricas y liberadoras.
El novelista, dramaturgo, tarólogo y cineasta de culto acaba de publicar un manual de consejos titulado Psicomagia, diseñados para solucionar problemas que van desde la timidez femenina, el olvido de un viejo amor, la tartamudez, las verrugas o el miedo a envejecer hasta la sensación de tener una vida fracasada.
La lista llega hasta ochenta casos generales que son, en parte, la compilación de situaciones relatadas a Jodorowsky por personas que, tras echarse con él las cartas del tarot, le pedían consejos para superar ciertas dificultades.
“La palabra no puede curar, porque el inconsciente no es racional: es artístico, es loco”, explicó el escritor en una entrevista con la agencia de noticias Efe, en la que ha expuesto la idea central sobre la que se basa la psicomagia.
La técnica, dijo, es el resultado de su larga experiencia personal de psicoanálisis con Eric Fromm, sus investigaciones sobre el chamanismo latinoamericano y, especialmente, de su relación con las artes escénicas. “La psicomagia es hija directa del teatro”, sentenció.
Se trata de una terapia que tiene su raíz en el arte, “al contrario del psicoanálisis, que parte de la ciencia”, aclaró. Donde el psicoanálisis se limita a “traducir” con palabras racionales los problemas del inconsciente, la psicomagia propone “enseñar al corazón a hablar el lenguaje del inconsciente”.
Como el mismo Jodorowsky explica: “El psicoanálisis te dice: ‘estás enamorada de tu papá’. Y la mujer dice: ‘es verdad. Y ahora ¿qué hago?’. Y el psicoanálisis no tiene solución. Así que creé yo una técnica donde hay soluciones. Para ese ejemplo, entonces, róbale ropa a tu papá, pónsela a tu amante y acuéstate con tu amante realizando un incesto metafórico”, dijo.
Los actos recomendados por Jodorowsky -que pueden ser tan disímiles como la práctica de la danza del vientre o la pintura de retratos con sangre menstrual- son, ha señalado, sugerencias que el inconsciente le propone al psicomago cuando escucha a una persona que tiene un problema.
"Cuando eres un artista -y yo lo he sido toda mi vida- se abren puertas entre el racional y el inconsciente", entre los que existe una barrera natural producto del temor a lo desconocido, ha dicho.
"Así que el inconsciente te lanza la respuesta inmediata y tú la propones", ha explicado.
Jodorowsky aclara que la psicomagia "no es un bálsamo que todo lo cura", pues existe un acto diferente recomendable para cada situación, y es una combinación de trabajo espiritual y físico.
A diferencia de la magia y la brujería, ha comentado el autor, la psicomagia se basa en los seres que habitan la memoria, bajo la premisa de que "para cambiar al mundo es necesario comenzar por cambiarse uno a sí mismo".
Sin embargo, reconoce que sólo da consejos a quien se lo pide, pues "una cosa es ayudar y otra es obligar a recibir".
Asegura, además, que "no todo el mundo quiere sanar. Todo el mundo quiere una aspirina que le calme el dolor, pero no quieren que uno entre en la fuente de su mal. Porque es muy doloroso".
Jodorowsky afirma que "la fuente de todos los males" es el desamor familiar de la infancia, la incapacidad de "hacerle frente al dolor supremo de no ser amado".
El artista, quien recibe continuamente cartas de sus 'pacientes', no sabe aún si publicará un nuevo volumen con propuestas para otros casos. Lo que sí prepara actualmente es la producción de uno de los cuatro proyectos cinematográficos que tiene en mente.