Las agencias de Inteligencia estadounidense espiaron los correos electrónicos de cinco prominentes figuras de la comunidad musulmana de Estados Unidos, en un intento por identificar amenazas de seguridad, según los documentos filtrados por el extécnico de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) Edward Snowden.
"La NSA y el FBI monitorizaron los correos electrónicos de varios estadounidenses musulmanes (...) bajo procedimientos secretos destinados contra los terroristas y los espías extranjeros", según las informaciones del 'Intercept', un portal supervisado por el periodista Glenn Greenwald, que ayudó a publicar los documentos filtrados por Snowden.
Las personalidades espiadas fueron Faisal Gill, un antiguo empleado del Departamento de Seguridad Interna miembro del Partido Republicano; Asim Ghafur, un abogado que ha representado a personas en casos de terrorismo; Hushang Amirahmadi, un profesor irano-estadounidense de la Universidad de Rutgers; Agha Said, un antiguo profesor de ciencia política de la Universidad Estatal de California; y Nihad Awad, el director ejecutivo del Consejo sobre Relaciones Islámico-Estadounidenses.
La NSA y el Departamento de Justicia han respondido rápidamente a las informaciones y han argumentado que los correos electrónicos de los ciudadanos estadounidenses son interceptados y analizados sólo si hay una causa probable, tal y como ha recogido la cadena de televisión británica BBC.
"Es totalmente falso que las agencias de Inteligencia lleven a cabo tareas de vigilancia electrónica a activistas, políticos, o religiosos por el hecho de que no estén de acuerdo con las políticas públicas, porque critiquen al Gobierno, o porque ejerzan sus derechos constitucionales", han indicado.
Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Caitlin Hayden, ha afirmado que la Presidencia ha pedido al director de Inteligencia Nacional "que revise las políticas de la comunidad de Inteligencia, los parámetros de entrenamiento y las directivas que promueven la diversidad y la tolerancia".
Alrededor de una decena de organizaciones en defensa de las libertades civiles han pedido al presidente estadounidense, Barack Obama, que facilite un análisis público sobre las actividades de los servicios de espionaje a nivel nacional.
