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Comienza semana decisiva para el acuerdo de Grecia, que afronta pago al FMI

En los últimos días se han intensificado los contactos políticos, habida cuenta de que las negociaciones técnicas siguen sin haber arrojado un resultado definitivo

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La semana que comienza hoy puede ser la definitiva de cara a un acuerdo de Grecia con los acreedores, con negociaciones supuestamente avanzadas y la obligación de hacer frente a un nuevo pago al Fondo Monetario Internacional (FMI).

En los últimos días se han intensificado los contactos políticos, habida cuenta de que las negociaciones técnicas siguen sin haber arrojado un resultado definitivo.

Todos hablan de avances, tanto las llamadas "instituciones" (Comisión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional), como el Gobierno de Atenas, pero al parecer se mantienen las diferencias en dos de los puntos cruciales, las leyes laborales y las pensiones.

En uno de los temas que se había convertido en esencial en las últimas semanas, la reforma del sistema de recaudación del impuesto sobre el valor añadido (IVA), parece haber habido un progreso sustancial.

Según los medios locales, el último modelo propuesto contempla cuatro tasas impositivas, que garantizaría que a los alimentos básicos se les aplicaría la tarifa mínima.

Mientras en Bruselas continúas las negociaciones técnicas, el primer ministro, Alexis Tsipras, ha optado por la ofensiva diplomática y después de un primer contacto el pasado jueves, el domingo volvió a mantener una conversación telefónica a tres bandas con la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande.

Fuentes gubernamentales se limitaron a señalar que la conversación transcurrió en un "muy buen clima" y que todos coincidieron en la necesidad de que urge llegar a un acuerdo.

Grecia deberá abonar esta misma semana un primer tramo de unos 300 millones de euros al FMI; en total, debe devolver este mes cerca de 1.600 millones de euros.

Si bien todo apunta a que hay fondos para devolver estos 300 millones, no es el caso para los tramos restantes, ni tampoco para el gasto corriente del Estado, que suma mensualmente unos 2.800 millones de euros, entre salarios, pensiones y seguridad social.

Algunos medios apuntaban estos días a la posibilidad de que los socios pudieran poner a Grecia un ultimátum con un acuerdo que siguiera el principio del "o lo tomas o lo dejas"; otros, en cambio, hablaban de que se ultimaba un borrador que Tsipras habría presentado a Merkel y Hollande.

El propio Tsipras afirmó en un artículo publicado por el diario francés Le Monde que si no ha habido acuerdo hasta el momento no era por culpa de Grecia, que ha planteado numerosos planes de reforma, sino por las "propuestas absurdas" por parte de algunos sectores de las instituciones.

En la categoría de absurda Tsipras citó la exigencia de nuevas bajadas de pensiones, en un país donde, dijo, el 44,5 % de los jubilados tiene unos ingresos que están por debajo del umbral de la "pobreza relativa" y el 23,1 % incluso vive "en riesgo de pobreza o exclusión social".

Otro absurdo es, según el líder izquierdista, exigir a Grecia que no tenga legislaciones de protección laboral que rigen en el resto de la Unión Europea, como lo es la negociación colectiva.

"Lo que pedimos es simplemente algo que es práctica común en el resto de los países de la eurozona", insistió Tsipras.

A su juicio, el problema es que Grecia se ha convertido en el "epicentro de dos estrategias diametralmente opuestas sobre el futuro de la integración europea".

Una estrategia cree en la "solidaridad, en la igualdad y en la democracia", y la otra persigue la "ruptura y la división", queriendo imponer una eurozona de "dos velocidades" en la que el núcleo duro impone reglas de austeridad y ajuste con "castigos duros" para los que se nieguen a seguir eta doctrina, sostiene Tsipras.

Para el primer ministro, las concesiones "serias" que ha hecho el Gobierno de Atenas dejan ahora la decisión de un acuerdo en manos de los líderes europeos, y no en las de "instituciones" que, con excepción de la Comisión Europea, no han sido elegidas democráticamente

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