La lucha contra el cambio climático, la batalla contra el terrorismo islamista y la coordinación internacional para evitar epidemias como la del ébola centrarán los debates de hoy en la cumbre del G7 en Alemania.
Los líderes de Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Canadá y Japón concluirán su reunión en el palacio de Elmau, en los Alpes bávaros (sur de Alemania), con dos nuevas sesiones de trabajo temáticas.
La jornada se centrará en los esfuerzos multilaterales para hacer frente al calentamiento global, un asunto en el que los Gobiernos alemán y francés se han aliado para tratar de culminar con éxito la Cumbre del Clima de París de finales de este año.
El presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, quieren que en París se logre un acuerdo global y vinculante para reducir de forma radical las emisiones de CO2 y otros gases que provocan el calentamiento global.
La cita de Elmau podría servir para que los países más industrializados anuncien o eleven sus compromisos nacionales de reducción de emisiones y comprometan más dinero para el Fondo Verde del Clima, que debe contar con 100.000 millones de euros (112.000 millones de dólares) anuales a partir de 2020 para apoyar a los países más afectados por el cambio climático.
En este ámbito, varias organizaciones no gubernamentales como Oxfam y Greenpeace han criticado que Alemania, anfitriona de esta cumbre, dependa tanto del carbón para su producción eléctrica, ya que este combustible fósil es altamente contaminante.
La segunda sesión de este lunes y la siguiente comida de trabajo estarán dedicadas al auge del terrorismo islamista de Irak a Nigeria, la cooperación internacional para el desarrollo y la respuesta ante crisis sanitarias.
Boko Haram y el grupo Estado Islámico serán abordados en un primer momento y los miembros del G7 contarán para ello con la participación y aportación de los presidentes de Nigeria, Muhammdu Buhari, y de Túnez, Beyi Caid Essebsi, así como del primer ministro de Irak, Haider Al Abadi.
Con ellos abordarán también la renovación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, punto que ha incluido en la agenda la presidencia alemana del G7 y en el que se quiere alcanzar un compromiso de futuro para que 500 millones de personas salgan del hambre en el mundo en 2030.
Otro capítulo que la canciller quiere colocar en la agenda internacional es la salud, ámbito en el que se espera un respaldo a la propuesta presentada por Alemania, Ghana y Noruega para crear una fuerza médica de respuesta rápida ante epidemias como el ébola.
Se trabaja también en un compromiso para impulsar la puesta en marcha de planes nacionales frente a las resistencias a los antibióticos, con normas claras para acabar con las prescripciones permisivas tanto en personas como en animales.
En este último tramo de las deliberaciones estarán también presentes los presidentes de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf; y de Senegal, Macky Sall; el primer ministro de Etiopía, Hailemariam Desalegn, y el presidente de la Unión Africana, Nkosazana Dlamini-Zuma.
Participarán también el secretario general de la ONU, Ban ki-moon; la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde; el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim; el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría; el director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Roberto Azevedo, y el director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Guy Ryder.