Vincent Asaro, un miembro del clan mafioso de los Bonnano, fue declarado hoy no culpable en un juicio por su supuesta participación en un famoso atraco cometido en 1978 en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York y que fue llevado al cine en la película "Goodfellas".
El veredicto fue emitido por un jurado popular tras un juicio de tres semanas en una corte federal de Brookly, según informaron varios medios locales.
Asaro, de 80 años, estaba acusado de robo, chantaje y extorsión y, según la Fiscalía, fue uno de los artífices del conocido atraco cometido en 1978 en la terminal de la alemana Lufthansa en el principal aeropuerto de la Gran Manzana.
Entonces, cinco millones de dólares en efectivo y un millón de dólares en joyas, que hoy tendrían un valor superior a los veinte millones de dólares, fueron robados en la terminal de carga de la aerolínea.
El episodio fue inmortalizado en 1990 por Martin Scorsese en clásico "Goodfellas", conocido en España como "Uno de los nuestros" y en Latinoamérica como "Buenos muchachos".
Hasta hoy, la única persona condenada por el atraco de Lufthansa es Louis Werner, un trabajador del aeropuerto que ideó la operación y ofreció información clave a los autores para librarse de sus deudas de juego.
A pesar de que después del robo hubo una investigación que duró años, ello no dio resultados, ya que los mafiosos y asociados presuntamente implicados desaparecieron o fueron asesinados.
Asaro fue detenido en 2014 por el FBI (policía federal) junto a otras cuatro personas en el área de Nueva York y las autoridades también le acusaban de un asesinato en los años 60.
Según la Fiscalía, Asaro y el difunto mafioso James "Jimmy the Gent" Burke acabaron con la vida de Paul Katz y enterraron su cuerpo, que años después fue exhumado y trasladado a petición de Burke, que estaba en la cárcel y temía que la policía diese con los restos.
La acusación se basó, en gran parte, en la cooperación de Gaspare Valenti, primo de Asaro, que había aceptado trabajar con las autoridades en la investigación de las actividades de la Mafia neoyorquina.
La defensa cuestionó a lo largo del proceso la credibilidad de los testimonios de Valenti, que ayudó a la policía a efectuar grabaciones en las que supuestamente el acusado admitía los hechos.