En medio de una ola de violencia que se cobra cada día siete muertos en Río de Janeiro, vecinos, organizaciones civiles y entidades públicas se han unido para defender la paz en el complejo de favelas de Maré, uno de los más grandes y peligrosos de Brasil.
Reducto histórico del narcotráfico en Río de Janeiro, en el Complexo de favelas de Maré, cerca del aeropuerto internacional de la ciudad y del puerto, la unión entre entidades y Organizaciones No Gubernamentales creó el 'Foro Basta de Violencia! Otra Maré es posible!', que pide la paz en la zona.
"Participamos en esto desde finales de febrero", explicó a Efe Taísa de Jesús Custodio, de 27 años, miembro del grupo.
"Queremos discutir el acceso a la seguridad pública dentro de la Maré, acceso que no tenemos ahora", agregó.
En 2016, al menos 33 personas murieron en Maré, un complejo de 16 favelas en la zona norte de Río de Janeiro, durante enfrentamientos entre la policía y los narcotraficantes que dominan el área y que han causado ya una quincena de muertos este año.
Maré, que según estimaciones oficiales alberga a más de 130.000 personas, estuvo ocupada por el Ejército brasileño en 2014 y 2016, con motivo del Mundial de fútbol y de los Juegos Olímpicos, aunque tras la salida de los militares se disparó la violencia.
La administración estatal de Río pretendía instalar en Maré varias Unidades de Policía Pacificadora (UPP), como ocurrió en otras favelas de la ciudad, para reducir las estadísticas de violencia en las barriadas, pero la grave crisis económica que vive el estado obligó a retrasar el proyecto.
"El Estado no tiene una estrategia de inteligencia para combatir la violencia. Entonces acaban entrando en la favela con una violencia mucho mayor, lo que afecta a todos sus residentes", comentó Custodio.
En el mismo sentido se expresó otra integrante del Foro, Joelma Souza, quien criticó la forma como la policía entra.
"Como residentes de favela tenemos más miedo con el Estado dentro de la favela, porque cuando la policía entra, no nos ve como residentes, sino como enemigos. No tenemos derechos", aseguró a Efe.
Souza denunció que "las áreas periféricas de las ciudades son las más violentas porque son más pobres. La violencia aquí es constante. El combate contra las drogas se ha transformado en una guerra y es el resultado de una ideología de que una violencia responde a otra".
"Entendemos que hay una necesidad de que se cree una nueva política de seguridad pública, más inteligente, que no venga con ideología de guerra. Detrás del combate de las drogas hay una cuestión bélica. Ahora, el objetivo es entrar a las favelas y matar", criticó Souza.
Custódio recordó los trastornos que causan las operaciones policiales en el día a día de los habitantes del complejo.
"Con tiroteos, no podemos ir a trabajar, los niños no pueden ir a la escuela, los puestos de salud no funcionan y si tienes una cita médica desde hace meses, la pierdes", lamentó.
El Complejo de Maré "compite" con el de Alemao, también en la zona norte, como la zona más violenta de Río de Janeiro.
Para Custódio, la solución es clara: "que cambien (las autoridades) esta estrategia" de afrontar el problema, sentenció.
Según los últimos datos disponibles, unas 38.000 personas fueron asesinadas en Río de Janeiro entre 2002 y este año, lo que supone un promedio de 7 homicidios diarios.
Además, el 90 % de los asesinatos quedó impune.