La vicesecretaria general de Naciones Unidas, Rosemary DiCarlo, instó este martes a las potencias internacionales implicadas en Siria, especialmente a Rusia y Turquía, a que "ejerzan los esfuerzos necesarios para poner fin a la violencia" en la región septentrional de Idlib.
"Instamos a las potencias internacionales interesadas, en especial la Federación Rusa y Turquía, como garantes del memorando de entendimiento sobre Idlib de septiembre de 2018, a que ejerzan los esfuerzos necesarios para poner fin a la violencia y restaurar la paz. Todo lo que se necesita es deseo político", dijo DiCarlo durante una reunión del Consejo de Seguridad sobre Siria.
El representante de Alemania ante la ONU, Christoph Heusgen, dijo a la prensa al margen de la reunión que "es absolutamente inaceptable la continuación de los ataques contra infraestructuras civiles. Desde que la lucha comenzó el pasado mes, 26 hospitales y 37 instituciones educativas han sido bombardeadas y ese bombardeo es una violación directa de las leyes humanitarias".
Ante el Consejo de Seguridad, DiCarlo insistió en que "si Rusia y Turquía no pueden defender su acuerdo de paz", entonces, los esfuerzos de la ONU se paralizarán.
La también responsable de Asuntos Políticos de la ONU reconoció que Rusia no puede tolerar la presencia en Idlib del grupo Tahrir al Sham (una antigua filial de Al Qaeda), que controla la mayor parte de la provincia, y destacó que es el momento de que Turquía aísle y se haga cargo de los combatientes del ala más dura de este grupo.
No obstante, remarcó que es "imperativo" que se aborde la cuestión de Tahrir al Sham (Organismo de Liberación del Levante, en español) sin causar una catástrofe humanitaria, "como la que estamos viendo ante nuestros ojos, con cientos de miles de personas moviéndose, siendo empujadas cada vez más cerca de la frontera turca".
"La lucha contra el terrorismo no justifica el uso indiscriminado de bombas", declaró a los medios el representante permanente de Berlín ante la ONU.
Ankara y Moscú pactaron el pasado mes de septiembre el establecimiento de una zona desmilitarizada en Idlib, así como en el norte de Hama, en la mediterránea Latakia y en el oeste de Alepo.
Sin embargo, desde finales de abril, se ha producido una escalada de las operaciones militares por parte de tropas sirias con apoyo aéreo ruso, que han arrebatado a los alzados contra el presidente Bachar al Asad varias áreas en el norte de Hama, que es la puerta a Idlib.
Debido a la escalada de violencia entre las partes en conflicto, la ONU ha documentado más de 230 civiles muertos, entre ellos 69 mujeres y 81 niños, y 330.000 desplazados en el noroeste de Siria desde el 1 de mayo, según dijo hoy el vicesecretario general para asuntos humanitarios, Mark Lowcock.