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Rusia y Occidente abren una guerra diplomática

En algunos casos por escándalos de espionaje y en otros en un gesto de solidaridad con la Casa Blanca y sus socios en la Unión Europea

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  • Moscú -

Rusia se enfrenta a una oleada de expulsiones de sus diplomáticos desde EEUU a Europa del este, en algunos casos por escándalos de espionaje y en otros en un gesto de solidaridad con la Casa Blanca y sus socios en la Unión Europea, el último de ellos Ucrania, que expulsó hoy a un cónsul ruso.

"Hay una guerra fría que tiene lugar ahora mismo y parece que así será en los próximos tiempos", dijo hoy a Efe Fiódor Lukiánov, jefe del Consejo de Política Exterior y de Defensa de Rusia.

Según este experto en relaciones internacionales, no se trata de la misma confrontación entre Moscú y países occidentales que el mundo vivió hace 40 años, al ser este conflicto diferente por su "carácter y estructura", pero en cuanto a su "espíritu y la atmósfera", se trata de "una guerra fría", sin duda, remarca el analista.

EEUU, EL PRIMER CHOQUE DIPLOMÁTICO

El Gobierno de EEUU anunció el pasado 15 de abril sanciones a Rusia por su presunta interferencia en las elecciones presidenciales de 2020 y su supuesto papel en el ciberataque masivo de SolarWinds, además de imponer castigos relacionados con las acciones rusas en Ucrania y Afganistán.

No obstante, este miércoles el Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB, antiguo KGB) tachó de infundadas las acusaciones contra Moscú y afirmó que Washington "ni se molesta en compartir ningún dato que hable de la implicación en los ataques (cibernéticos) de ciudadanos rusos".

Además de las sanciones, la Casa Blanca anunció la expulsión de Estados Unidos de diez miembros de la misión diplomática rusa en Washington, entre ellos integrantes de los servicios de Inteligencia, lo que dio lugar en las siguientes semanas a una cadena de anuncios similares de otras capitales europeas.

EUROPA DEL ESTE, EL CONFLICTO CONTINÚA

La misma semana, el Gobierno de la República Checa expulsó a 18 funcionarios de la Embajada de Rusia en Praga, acusados de ser agentes de los servicios de inteligencia rusos.

La respuesta de Moscú no se hizo esperar y 20 diplomáticos checos tuvieron que abandonar el país, medida a la que siguieron nuevos anuncios sobre expulsiones recíprocas de ambos países.

El presidente checo, Milos Zeman, señaló, en un intento de rebajar las tensiones, que no existen pruebas para inculpar a Rusia, si bien medios como The Insider y Bellingcat apoyaron esta semana la versión de los investigadores checos.

A la crisis sin precedentes con la República Checa, le siguieron nuevas expulsiones de diplomáticos rusos de todos los países de Europa del Este miembros de la Unión Europea menos Hungría, Rumanía, Bulgaria, Eslovaquia, Polonia, así como las tres repúblicas bálticas: Letonia, Lituania y Estonia.

Se les sumó hoy Ucrania, que declaró persona non grata al cónsul general en la ciudad coste de Odesa (mar Negro) en represalia por una medida similar de Moscú.

Según Lukiánov, se trata de la forma más "fácil e indolora" de expresar una protesta, porque no necesariamente conlleva otras consecuencias, mientras que todas las demás opciones en el arsenal diplomático de los países sí pueden tener "un impacto mucho más serio".

CONSECUENCIAS DE LA GUERRA DIPLOMÁTICA

En opinión de Lukiánov, por ahora es difícil de prever si las actuales tensiones causarán mayores consecuencias para todas las partes implicadas: "Si las habrá o no depende de muchos factores, pero yo espero que la cosa no vaya más allá de las expulsiones", opinó.

A su vez, el editor jefe de la versión digital del Centro Carnegie en Moscú, Alexandr Baunov, considera que las expulsiones de diplomáticos se convertirán en una práctica habitual en las relaciones internacionales.

Según Baunov, en la diplomacia contemporánea se normalizan comportamientos que antes eran siquiera difíciles de concebir.

"Antes hasta la expulsión de uno o dos funcionarios daba lugar a un escándalo diplomático", afirmó en declaraciones al portal ActualComment.ru.

El catedrático de la Universidad Estatal de Moscú Andréi Sídorov recordó la anterior crisis diplomática entre Moscú y Occidente que siguió al caso del exespía ruso Serguéi Skripal en 2018 y dio lugar a una serie de expulsiones de diplomáticos rusos, en solidaridad con el Reino Unido, donde fue envenenado el exagente.

"Las guerras diplomáticas no son nada nuevo, pero la envergadura de la que tiene lugar ahora impresiona", opina.

OTRAS CRISIS DIPLOMÁTICAS

En 2017, las relaciones ruso-estadounidenses sufrieron una de sus mayores crisis diplomáticas al anunciar Moscú la expulsión de 755 empleados de la embajada y los consulados de EEUU en Rusia.

La medida respondía a la expulsión de 35 diplomáticos rusos durante la presidencia de Barack Obama y había sido retrasada hasta la llegada al poder de Trump al considerar Moscú que el nuevo inquilino de la Casa Blanca podía dar marcha atrás en las sanciones.

Antes de la disolución de la URSS, el mayor rifirrafe entre las dos potencias tuvo lugar durante la Presidencia de Ronald Reagan, quien ordenó la expulsión 80 trabajadores de las misiones diplomáticas soviéticas en Washington, Nueva York y San Francisco. 

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