El presidente francés, Emmanuel Macron, sostuvo que la OMS debe ser “la brújula de la salud mundial”
La idea de que se necesita un tratado internacional que prepare al mundo para las próximas pandemias se abrió paso hoy en la inauguración de la 74ª asamblea anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la que Alemania, España y Francia, entre otros países, dijeron que este paso es fundamental para evitar que se repita lo que se está viviendo actualmente con la covid-19.
Detrás de esa posición está la convicción de que se necesita ese tratado para reforzar los poderes de la OMS ante la aparición de patógenos que amenacen la salud mundial, así como para instaurar un sistema de financiación previsible y obligatorio, que la haga menos dependiente de un puñado de grandes donantes que le hacen contribuciones voluntarias.
“Somos partidarios de adoptar un tratado internacional que establezca los objetivos y principios fundamentales de la acción colectiva necesaria para atajar futuras pandemias", dijo el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez.
El presidente francés, Emmanuel Macron, sostuvo que la OMS debe ser “la brújula de la salud mundial” y que para ello los Estados deben acordar dotarla de poderes que le permitan responder a sus expectativas ante una crisis.
Una de las medidas más significativas que Francia apoya es que la OMS pueda enviar “misiones de reacción rápida” al terreno apenas se den las primeras señales de la aparición de un nuevo patógeno y esto sin necesidad de que el Estado en cuestión le dé una autorización previa.
El ministro de Salud de Suiza, Alain Berset, cuyo país acoge la sede de la Organización, consideró que el mundo necesita “una OMS más fuerte”.
“Todos esperamos mucho de la OMS y queremos que sea efectiva, pero para eso tenemos que darle nuestra confianza. También necesita una financiación independiente y predecible”, comentó, para dar enseguida su apoyo al tratado, cuyo inicio de negociaciones debe recibir luz verde en esta asamblea.
Los presidentes de países insulares, como Antigua y Barbuda, o Tonga, también participaron en esta jornada inaugural, que consideraron como la más importante de la historia de la OMS y cuyas decisiones “marcarán el destino de la humanidad”.
Durante las intervenciones se sucedieron los llamamientos a terminar lo que algunos denominaron “el apartheid de las vacunas”, que se manifiesta en que tres de cada cuatro vacunas contra la covid-19 se han inoculado en tan solo diez países, algunos de los cuales incluso ya han abierto la vacunación a niños y grupos de bajo riesgo, mientras en otros muchos países ni siquiera se ha podido vacunar al personal sanitario.
El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, pidió que los Estados apoyen durante la asamblea la propuesta conjunta de su país y la India para derogar de forma temporal y limitada los derechos de propiedad intelectual que las farmacéuticas tienen sobre las vacunas, con el fin de que se produzcan más dosis a precios accesibles, una posición de la que se hizo eco el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
“El acceso desigual a las vacunas amenaza con perpetuar la pandemia. Un pequeño número de países que fabrican y compran la mayoría de las vacunas controlan el destino del resto del mundo", denunció Tedros.
Algunos dirigentes políticos pusieron de relieve el problema inverso, es decir el de "la duda de vacunarse" de mucha gente, un fenómeno que es tan peligroso como la propia pandemia" y que solo se puede contrarrestar luchando contra la desinformación y educando a las poblaciones.
La pandemia ha causado 167 millones de casos confirmados de covid-19 y la muerte de 3,46 millones de personas en el mundo.
El número de personas contaminadas entre el primer día de 2021 y hoy ya superó al de todo el año pasado, mientras que al ritmo actual en tres semanas también se habrá superado el número de decesos de 2020.