Fernando López Gil, a la sazón delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Cádiz, llegó a decir que se venderían billetes del Tranvía de la Bahía en marzo de 2017. Sin embargo, el Gobierno andaluz no fue capaz de ponerlo en marcha siquiera dos años después, cuando finalizaba la segunda prórroga de la Unión Europea, que confinancia la obra.
Con el PP al frente del Ejecutivo autonómico, la consejera de Fomento, Marifran Carazo, se comprometió a que circulara durante el primer semestre de 2020. Tampoco se cumplió el compromiso institucional y hoy no solo no hay fecha para que entre en servicio, sino que ni siquiera hay conductores y controladores para que pueda hacerlo.
“El fin del contrato con LogiRail ha dejado en la calle a algo más de medio centenar de trabajadores que acumulan más de 1.200 horas de conducción y regulación”, ha explicado el secretario general del Sector ferroviario de CCOO en Cádiz, Abel Cinos, en un comunicado remitido a los medios de comunicación esta semana.
La consejera de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo, Rocío Blanco, ha reconocido, por su parte, que se trata de una “situación totalmente anómala”, pero los empleados esperan que, además de adjetivar el episodio, ofrezca garantías de recolocación. La realidad es que, a día de hoy, no han generado derechos laborales para la reincorporación. La preocupación es total y la plantilla, que se ha visto respaldada por el sector tranviario y ferroviario de toda España, se ha dirigido por medio de una carta abierta a Carazo, expresando su malestar, sin recibir respuesta aún.
Los conductores y controladores despedidos fueron contratatos en una primera promoción, hace tres años, y por medio de una oferta laboral SAE publicada el pasado mes de mayo, en plena pandemia. La selección y posterior formación de esta segunda promoción fue muy dura, en un momento en que la población estaba confinada, con una dedicación de los siete días de la semana.
En principio, las tareas pendientes se han resuelto. El Gobierno de Juanma Moreno goza de una nueva prórroga europea para el fin de la ejecución del proyecto, se han concluido las obras del apeadero del Río Arillo, han finalizado las pruebas dinámicas y se formalizaron los contratos de obras, instalaciones y preexplotación, se han garantizado los servicios de explotación y mantenimiento con Renfe, la homologación del material móvil con Adif y se consiguió la autorización por la puesta en servicio de la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria. El pasado mes de septiembre, una unidad rodó por primera vez hasta Cádiz por el trazado ferroviario. Pero no transporta viajeros. Y la Junta no explica el porqué.
El retraso que acumula esta infraestructura, iniciada en septiembre del año 2008, es tal que el operador tuvo que licitar en diciembre un contrato para actualizar las máquinas canceladoras de billetes porque se han quedado anticuadas. Las primeras obras se iniciaron en el Nudo de La Ardila, con la finalidad de enlazar el tranvía con la vía férrea, el 1 de septiembre de 2008. El trazado suma 24 kilómetros entre Chiclana y Cádiz, con diez de vía compartida con el tren, 21 paradas, cinco correspondientes a las estaciones de Cercanías de la capital, y un radio de infuencia de 234.000 habitantes.