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Buscar empleo con un par... de tacones

El barrio de Almanjayar, en la zona Norte de la capital granadina, pelea contra las estadísticas que apuntan que más de la mitad de sus vecinos está en paro, un dato que convive con problemas de vivienda y desigualdad social

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La Escuela Municipal de Flamenco de Granada ha convertido este arte en una herramienta de inserción social y laboral y desde Almanjayar, uno de los barrios con mayores tasas de desempleo y desigualdades, forma cada año a unos doscientos alumnos para convertir su duende en un empleo remunerado.

El barrio de Almanjayar, en la zona Norte de la capital granadina, pelea contra las estadísticas que apuntan que más de la mitad de sus vecinos está en paro, un dato que convive con problemas de vivienda y desigualdad social.

Y una parte de esos vecinos batallan contra ese destino casi cerrado que los convertirá en parados con taconeo, arte, movimiento de brazos y faldas de volantes gracias al trabajo constante de la Escuela Municipal de Flamenco que gestiona el Ayuntamiento.

Este centro, que presume de instalaciones modernas, suelo alemán con la última tecnología para amortiguar el taconeo y clases magistrales de reputados bailaores, funciona desde hace un cuarto de siglo como tablao social y laboral.

La escuela cuenta con el aval de la Universidad de Granada, que convalida créditos de libre configuración por requiebros por bulerías o toques de guitarra por soleares, lo que atrae hasta este corazón flamenco de Almanjayar a alumnos de diferentes puntos de Andalucía y otras comunidades como Murcia.

Niños de tres añitos pertrechados con tacones que parecen de juguete y arte para dejar mudo a cualquiera llenan las aulas de la escuela, un camino para la inserción social del barrio y, sobre todo, para dibujar de baile en baile un futuro laboral.

"Hay gente que viene para divertirse o hacer ejercicio, y luego están los niños que se forman, que quieren dedicarse a esto y que después de unos años empiezan a moverse por tablaos, a tomar experiencia, a participar en giras para ganarse el dinero", ha explicado a Efe Carmen Villena.

Ella empezó a distinguir palos flamencos y a controlar su arte sobre el mismo suelo en el que ahora imparte clases, una escuela que le aporta un sueldo al que suma el que recibe por bailar en tablaos de Granada y en espectáculos por ciudades de otros países.

Y como Carmen, alrededor de doscientos estudiantes se forman en una escuela que se trasladó al barrio de Almanjayar para fomentar la inserción de los jóvenes, a los que ofrece una formación reglada en baile y guitarra a la que este año se suman cursos especiales.

El director del centro, Antonio Vallejo, presume de escuela, "una de las joyas del barrio en la que se hace mucho más que bailar o tocar la guitarra", y que se ha convertido paso a paso, taconeo a taconeo, en un referente nacional.

"Se utiliza como vehículo de inserción social y además laboral, con alumnos que ya trabajan en tablaos flamencos, que viven de esto", ha detallado Vallejo.

A muchos de los niños y chavales que pasan por la escuela se les presupone el arte, el duende con el que bailan en fiestas familiares, pero su formación en el centro les convalida ese buen hacer y les acerca a una nómina, a un futuro laboral.

Los espejos de sus aulas reflejan los movimientos estudiados de alumnos que ultiman un espectáculo o de aquellos que se preparan para superar un examen que les ofrezca el título de profesores de flamenco, otra vía para hacerle un requiebro al desempleo.

"Lo importante es lograr que se mantengan, especialmente que las niñas sigan su formación para convertirse en profesionales y ganarse el pan de cada día en un barrio con tanto paro", ha dicho Vallejo.

Suman además clases magistrales como la que ofrecerá el diciembre el bailaor Moisés Navarro, con precios muy inferiores a los del mercado para que nadie pierda oportunidades por cuestiones económicas, y ultiman un convenio para que alumnos del último curso realicen prácticas en diferentes tablaos de la ciudad.

Y así, con herramientas y escenarios para sacar provecho al arte, la escuela trabaja para convertir el flamenco en la solución para estos jóvenes que ponen a su búsqueda de empleo un par... de tacones.

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