La Guardia Civil ha detenido a un hombre de 50 años, un vecino de una pequeña localidad alpujarreña con numerosos antecedentes policiales, como presunto autor de un delito de maltrato animal por haber dejado morir a ocho perros en un cortijo en ruinas situado en las afueras del municipio, algunos de los cuales pudieron ser "ahorcados".
Fue un vecino el que alertó a la Guardia Civil de Ugíjar de que había descubierto varios perros muertos en el cortijo, adonde acudieron los agentes encontrando allí los cadáveres.
La Guardia Civil comprobó que dos de ellos habían muerto recientemente, "al parecer ahorcados"; mientras que los otros seis estaban en avanzado estado de descomposición y resultaba imposible determinar las causas de su muerte, según informa en una nota el Instituto Armado.
Los agentes averiguaron que los perros habían pertenecido a un vecino de la localidad al que muchos temen por su violencia; y que numerosas personas le habían visto agredir a los animales en la calle "en muchas ocasiones".
La Guardia Civil se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de la localidad para la retirada de los cadáveres de los animales hasta una instalación autorizada para su eliminación.
Este cuerpo recuerda que el artículo 337 del Código Penal, sobre maltrato animal, contempla que puede ser constitutivo de delito el maltrato de un animal al que se le cause la muerte o lesiones graves; el maltrato cruel, independientemente de que haya o no muerte o lesiones del animal; la explotación sexual de los animales o su abandono.
Además de la pena de prisión, los maltratadores podrán ser inhabilitados, no sólo para trabajar con animales, sino para su tenencia con carácter general.