Afronta las once jornadas que faltan para que concluya LaLiga con el asequible primer objetivo de cerrar su permanencia una campaña más en la categoría
El Granada afronta las once jornadas que faltan para que concluya LaLiga Santander con el asequible primer objetivo de cerrar su permanencia una campaña más en la categoría, algo que tiene casi en el bolsillo, para poder pelear posteriormente por alcanzar una plaza para jugar competición europea la próxima temporada, meta que ahora tiene a cuatro puntos.
El plantel dirigido por Diego Martínez ha cumplido ya con creces en su regreso a la máxima categoría nacional, ya que con 38 puntos en su casillero ocupa la novena plaza y tiene la salvación casi conseguida, a lo que une un gran papel en la Copa del Rey, donde llegó a las semifinales y se quedó a un paso de la gran final.
Sin embargo, el inconformismo de un equipo rojiblanco que ha encandilado a su afición esta campaña le puede llevar a pugnar por la séptima plaza, que le daría derecho a jugar la Liga Europa en la campaña venidera y que ahora ocupa el Valencia a sólo cuatro puntos de distancia.
Como ejemplo de esa ambición está la concentración de una semana que los rojiblancos están llevando a cabo estos días en Marbella (Málaga), un enclaustramiento que tras un confinamiento de dos meses ningún equipo ha llevado a cabo pero por el que el joven Diego Martínez, el técnico más joven de Primera y el gran artífice de los éxitos nazaríes, ha optado para que los suyos lleguen lo mejor posible a lo que queda de campeonato.
Las primeras semanas de entrenamientos tras el parón por la COVID-19 han traído una mala noticia a las filas andaluzas: una nueva lesión muscular, la cuarta de esta campaña, del centrocampista Ángel Montoro, un jugador clave en los planes del entrenador y que tiene complicado volver este curso.
El parón por el coronavirus sí que ha servido para que se recupere el medio venezolano Yangel Herrera, que se lesionó justo antes de la interrupción y que ya está al cien por cien de su capacidad física, pese a que se tuvo que incorporar al trabajo casi dos semanas después que el resto de sus compañeros al estar superando el coronavirus cuando se produjo el retorno a los entrenamientos.
Una de las grandes dudas que se plantean es cómo afectará al Granada el hecho de jugar a puerta cerrada, ya que de los once encuentros que le quedan tiene que disputar seis como local en el Estadio Nuevo Los Cármenes, la mayoría de ellos ante equipos de la zona alta de la tabla o que también pelean por estar en Europa, caso de Real Madrid, Athletic, Villarreal, Valencia o Getafe, ante el que retornará a la competición el próximo viernes.
De hecho, el cuadro rojiblanco es hasta ahora uno de los mejores locales del campeonato y acumula cinco triunfos y un empate en sus seis últimas comparecencias en su estadio.
Pese a la baja de Montoro, la amplitud de su plantilla tras las incorporaciones en el mercado invernal y la capacidad para jugar con varios sistemas sin que se vea mermado el rendimiento son puntos a favor del Granada en un retorno de LaLiga Santander que le obligará a exprimirse al máximo para lograr sus objetivos.
Diego Martínez ya ha advertido de que en la reanudación de LaLiga el equipo necesitará "todo de todos en todo momento" y de que si hasta ahora el equipo ha ido "al límite de sus posibilidades" en lo que queda tendrá que ir "más al límite todavía".
El técnico sabe que el Granada ya ha hecho los deberes pero que tiene ante sí una oportunidad única, la de firmar la mejor temporada de su historia, y no quiere dejarla pasar.