Admiradora del “estoicismo” de Japón, especialmente tras la catástrofe de marzo, la cineasta Isabel Coixet prepara su último proyecto, Panda Eyes, una historia que reconoce muy influenciada por el film de terror nipón The Ring.
Coixet detalló, en una entrevista con Efe en Tokio, donde se encuentra con motivo de la Feria Internacional del Libro, que se trata de “una historia muy japonesa” que transcurre “en un pueblo perdido y feo de Inglaterra” con un trasfondo de terror.
“Sé que suena raro”, reconoció, pero “no es que cambie al género del terror”, sino que la cineasta busca trasladar los temas que le gustan a un terreno diferente, aunque el resultado sea “básicamente lo mismo de siempre”.
Explica que “una de las grandes influencias” del guión, que ya está terminado, fue la premiada cinta de terror japonesa Ringu(1998, conocida internacionalmente como The Ring) del director Hideo Nakata, cuyo éxito hizo que Hollywood rodara su propia versión.
El proyecto de Panda Eyes lo combina con trabajos de su productora, Miss Wasabi, y con la reciente publicación del libro La vida secreta de Isabel Coixet que, pese a su título, “no cuenta nada oscuro ni perverso”, ríe.
Más bien revela su faceta de “prescriptora”, de lo que le gusta, señala, ya que recorre sus gustos y pasiones a través de sus artículos en prensa y fotografías inéditas.
La autora de Mapa de los sonidos de Tokio, rodada en la capital nipona en 2009, mantiene un estrecho vínculo con Japón, país del que se declara admiradora y que le hizo sentirse “sobrecogida” después del terremoto y el tsunami del pasado 11 de marzo.
La cineasta se mostró profundamente admirada por el “estoicismo del alma” del pueblo japonés, que considera “un bonito misterio”, sobre todo después de esa fecha.
Impactada, Isabel Coixet organizó tras el desastre una venta de “collages” y fotografías en formato polaroid que recopiló durante sus viajes a Japón, con la que recaudó algo más de 10.000 euros destinados al Ayuntamiento de Sendai, una de las ciudades afectadas, como ayuda a las víctimas.
De hecho, hoy Coixet viajará a esta ciudad con la intención de “aprender” y para “escuchar a la gente, saber cómo se sienten ahora, qué esperan, cómo se vive después de haberlo perdido todo”, indicó.
La catalana, que ya conocía la zona de Sendai, desveló que cuando algo le impresiona tiene “la necesidad de verlo” en persona para entender a los afectados, poder “respirar el aire que respiran”.
Invitada por el Ministerio español de Cultura para participar en el Día de España de la Feria Internacional del Libro, Coixet hizo también un balance de los nuevos soportes para la literatura, como el e-book, muy presente en el evento tokiota.
Pese a reconocer que es muy práctico, la realizadora mostró sus reticencias a este soporte: “Tengo mucho apego al olor, a la portada, al tacto” de los libros en papel.
Al igual que pasa con el cine en pantalla grande, que hace que el espectador “absorba e interiorice” lo que ve, para Coixet el libro electrónico hace que desaparezca la “alquimia” con el lector.
La cineasta también se refirió a la situación en España y al movimiento de los indignados, que consideró “la respuesta a la falta de respuesta de los políticos”.
“Ya era hora”, subrayó, antes de señalar que en el país “hay una necesidad de cambio real”.
Sobre la polémica por los problemas con la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), Isabel Coixet consideró inadmisible “que una sociedad de gestión no sea transparente”. “No puede ser que una sociedad que está todo el rato denunciando el robo tenga ella misma una trama”, criticó.
“Me gustaría pensar que esto no ha ocurrido, que son inocentes”.