En una rueda de prensa previa a su intervención en un acto con jóvenes en la Biblioteca Valenciana, Vicent señaló que los jóvenes de hoy “piensan en imágenes”, porque éstas inciden más profundamente en el fondo del cerebro que la propia lectura, y recordó que, si hubo un momento en el que el cine se aprovechó de todo lo literario, “ahora la mitología cinematográfica se ha apoderado de la mitología literaria”.
El autor de Tranvía a la Malvarrosa explicó que en su niñez comenzó a leer el Quijote, para más tarde empaparse de la historia sagrada y de los tebeos de aventuras de Roberto Alcázar y Pedrín y el Guerrero del Antifaz, que le crearon “una serie de historias y sentimientos indelebles”.
Nuestro cerebro, destacó Vicent, está vertebrado de leyendas y sueños, donde tienen cabida “alfombras voladoras y serpientes del paraíso”, porque uno “debe escribir de lo que sabe y de lo que ha sentido”.
Vicent aseguró que en su mente hay territorios a los que siempre vuelve, y uno de ellos es la Valencia de su infancia.