Rojas cree que se ha escrito muy poco sobre esta cuestión, que considera “esencial” para el ser humano, queriendo ahora ofrecer claves para que sus lectores puedan conectar mejor con los demás, tener una vida social positiva e incluso puedan decir adiós a la soledad.
Publicado por Temas de hoy, en este nuevo volumen Rojas analiza desde qué es la amistad a por qué algunas amistades se rompen e incluso cita a grandes amigos a lo largo de la Historia como los escritores Goethe y Schiller o los bíblicos David y Jonathan.
Igual que ocurre con el amor, sostiene Enrique Rojas que “la amistad es un trabajo de artesanía, que necesita cuidados” y agrega que para mantenerla “uno debe verse con el otro, llamarse y compartir experiencias”.
Si, a su juicio, uno de los males del amor conyugal es la rutina, “uno de los males de la amistad es el distanciamiento”.
Además, una relación de amistad “se rompe por la aparición de indiscreciones, por no cuidar los detalles hacia el otro o por egoísmo”.
Otro de los grandes males que azotan este sentimiento es el del individualismo, “el creer que no necesitamos a nadie y que nos basta la televisión, el uso del móvil o el uso del Facebook”.
Para el doctor, entrar en esta espiral lleva a “no poder acabar de compartir con otro la vida”.
En este nuevo libro, el psiquiatra de origen andaluz dedica un importante apartado a la relación que se acaba estableciendo a lo largo del tiempo entre médico y enfermo.
Entiende que se trata de “una de las grandes amistades de la vida, y en el caso de los psiquiatras, además, adquiere mucho relieve porque somos los médicos de la intimidad, de la conducta”.
A la pregunta sobre cómo debe encararse una nueva y buena amistad, responde el doctor Enrique Rojas que “para estar bien con alguien, primero uno debe estar bien consigo mismo”.
En cuanto al papel que juegan la familia y la pareja en las relaciones de amistad, sostiene que “no están en crisis, porque lo que está en crisis en la actualidad es la persona, puesto que la sociedad, cada vez más, produce a individuos más endebles, frágiles, quebradizos, más centrados en la fachada que en el contenido”, según opina.