El ya retirado torero estuvo callado durante el transcurso del acto, durante una media hora, hasta que le tocó hablar. Conociéndole, decían algunos presentes, casi se esperaba que pudiera ocurrir algo así, pero nadie alcanzaba a adivinir el alcance de sus palabras, cargadas de mal gusto, que aviolentaron a todos los presentes, entre ellos buena parte de las autoridades locales, la presidenta y las damas goyescas y muchos aficionados rondeños al toreo. A su lado estaba también su propio hijo.
Vino el torero jerezano a montar un nuevo lío, justamente, a la ciudad en la que hace ahora 52 años recibiera su alternativa, coincidienco con la Feria. Para esa ciudad, teniendo que dar un verdadero lance, la alcaldesa pidió respeto al final del acto, cuando ya el torero había incluso abandonado la mesa plantando a todos los presentes.
Pocos se libraron de las embestidas de Paula en la que pretendía ser una emotiva primera gala de amigos de la Goyesca y que, de hecho, lo fue tras que el matador es marchara. Antes, sus palabras, estuvieron cargadas de despropósitos y descalificaciones. Empezó abroncando al director del Parador por estar las goyescas de pie durante el acto. Pero De Paula no se quedó ahí, ni mucho menos. Y para muestra, su despedida, con un “yo esta noche me vuelvo a mi casa porque esto está todo mal, porque todo es falso. Ya estoy en Jerez”, declaró pese a haber aceptado la invitación del Parador y venir a recoger el premio que, a la postre, acabó rechazando de esa manera.
Pero antes arremetió contra la alcaldesa, de quien dijo que “no sé si manda o no manda, pero nos ha hecho esperar como si fuera... y aquí el protagonista soy yo”, se quejó. Pero puso entre las cuerdas a su propio hijo, Jesús Soto, quien acababa de presentar su segundo libro sobre toros, titulado ‘Entre clamores y espantás. El soplo del toreo’, y que desautorizó su propio padre: “Está mal desde el título, porque no existen espantás ni clamores en el toreo. Yo les invito a que no compren ni uno sólo”, soltó para asombro de los presentes, a quienes también descalificó por no sumar un gran auditorio: “Yo estoy aquí por una invitación que viene firmada por usted, y yo le digo que en la vida hay que tener carisma y poder de convocatoria”, reprochó al director del Parador. Pero un De Paula que ya estaba suelto acabó despreciando públicamente la obra del pintor Humberto Parra, quien expone sus obras taurinas en el Parador y a quien, tras pedir que se presentara entre el público, dijo: “Usted no es pintor porque no sabe pintar. Usted pinta fotos, pero no pinta el toreo. Espero que Dios le dé larga vida para que aprenda en el tiempo que le quede”.
Y De Paula se marchó. Y la alcaldesa de la ciudad, Mari Paz Fernández, que no dejó de estar atónita oyendo al matador, decidió cerrar el acto pese a que éste se había levantado de la mesa: “Pido respeto para la ciudad de Ronda, que acoge a todo el que viene con respeto y con cariño”, espetó, para pedir disculpas por lo ocurrido: “No sabía que había personas que podían comportase así”, lamentó, para solicitar el apoyo de los presentes para el organizador del evento, el director del Parador, y solicitar que no ceje en el empeño y que “el año que viene se le entregue la Llave de Oro a quien realmente lo merezca”. Fernández se ganó el aplauso de todos los asistentes, tras lo cual el evento fue todo un éxito, con una cena en la que participaron la presidenta y las damas goyescas.
LLAVE DE ORO DEL PARADOR
La institución de la Llave de Oro del Parador de Ronda, durante la que ha querido llamarse Gala Amigos de la Goyesca, es una iniciativa pensada este año por este establecimiento, con ánimo de continuidad en el tiempo, y que pretende en cada edición homenajear a alguna figura que guarde especial relación con el famoso festejo taurino de Ronda, que este sábado cumple 56 ediciones. Con Rafael de Paula pretendía recordarse cómo el 9 de septiembre de 1960 tomó la alternativa con la quinta goyesca de Ronda, de manos de Julio Aparicio y con Antonio Ordóñez como testigo.
Según el director del Parador de Ronda, Gonzalo Fernández, el evento pretende anticipar la relevancia de la tradicional corrida, ante “el interés de diferentes ámbitos rondeños por recuperar el ambiente genuinamente taurino que había tiempo atrás, dispersado un poco y que se pretende consolidar para futuras generaciones”. Habrá que ver si hay segunda edición del premio.
