La Plaza de la Iglesia se llenó de público con ocasión de la iniciativa de la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de San Fernando del denominado Concierto de Laetare, por celebrarse precisamente en el cuarto domingo de Cuaresma o de Laetare o domingo de la alegría.
Era el día del cambio de horario al propio del verano y los asistentes pudieron comprobar cómo anochecía en la plaza de la Iglesia cuando el concierto encaraba su recta final, acabando a las 21.00 horas después de más de dos horas y media de música cofrade.
Hacía 20 años que la agrupación Nuestra Señora de la Encarnación no tocaba en San Fernando después de varios años presente en el desaparecido certamen de marchas de El Aguaero, y llegaba a San Fernando con novedades en su repertorio y ante una gran expectación del público.
La agrupación sevillana tocó las marchas Nuestro Padre Jesús de la Victoria, de José Manuel Mena Hervás; Hijos de la Encarnación, de Francisco David Álvarez Barroso; Cautivo, estreno de este año y obra de Pablo Perea Garrido; Orando al Padre, de José Manuel Mena Hervás; El Nazareno, estreno de este año de Francisco David Álvarez Barroso; Consuelo Gitano, de Antonio Velasco Rodríguez; Y contigo hasta el cielo, de José Manuel Mena Hervás y Mi ángel Nazareth, otro estreno de 2019, de José Manuel Sánchez Molero. Fueron 40 minutos de música cofrade con grandes solos y afinación, dejando claro su estilo. Todo ello después de dar por la mañana su anual concierto de presentación de su cartel en el Círculo Mercantil de Sevilla.
El siguiente turno fue el de la banda de música Maestro Enrique Galán de Rota, cuyo último concierto en San Fernando fue en 2016 en la iglesia de la Divina Pastora y organizado por la JCC. La antigua banda municipal de Rota ofreció un repertorio variado con marchas de corte fúnebre y otras más alegres con cornetas.
La banda que dirige Enrique Galán Borreguero interpretó Aurora, Reina de la mañana, de Pablo Ojeda; Procesión de Semana Santa en Sevilla, de Pascual Marquina; Bajo tu Amparo, de Rubén Jordán Flores; La Esperanza de Triana, de López Farfán; Esperanza de Vida, de Manuel Marvizón; Triana tu Esperanza, de José de la Vega; Siempre Macarena, de José León y La Virgen de los Desamparados, de Cristóbal López Gándara. Terminaba así su actuación, donde destacó la afinación y la templanza, además de buenos músicos. Su concierto en el interior de un templo o teatro hubiera resultado más valorado, restando así el ruido de las terrazas y del público que no calla sin distinguir un concierto en directo o um MP3 al oído.
Por último, la agrupación Lágrimas de Dolores cerró este concierto de Laetare como anfitriona y única representante de San Fernando, que ofreció además un guiño a la agrupación sevillana de la Encarnación incluyendo en su actuación dos marchas propias y originales de Francisco David Álvarez Barroso.
La agrupación isleña dio muestras de afinación, buena música y poderío, tocando de pie, ya que su centenar de músicos no cabían de otra forma. Lágrimas de Dolores interpretó las marchas En ti creemos, de José Manuel Alconchel y Ale Lagares; Señor de la Isla, de Francisco David Álvarez Barroso; Por su Bondad, de Ignacio García; El Amor de tus Lágrimas, de Fco. David Álvarez Barroso; Cuarto Mandamiento, de José María Sánchez Martín; Al compás del Alba, de José Manuel Sánchez Molero; La Vida Eterna, de Francis Fernandez y José Manuel Alconchel; Tu Presencia es mi Fe, de Francis Fernandez y Albert GonBer e himno nacional para poner el final en torno a las 21.00 horas y después de hacer un pasacalles desde la Plaza del Rey hasta la Plaza de la Iglesia.
