“El lenguaje se empobrece más en lugar de ocurrir todo lo contrario”

Publicado: 02/06/2012
Adelaida Bordés presenta el jueves su segunda novela titulada 'Fideos con caballa' en un acto que tendrá lugar el jueves 7 a las 20.00 horas en la Casa de la Cultura y terminará con una degustaciión de ese plato típico.
Los fideos con caballas es uno de esos platos que nacen por la necesidad, por la cercanía y asequible de sus condimentos y por ende, plato de malas épocas y de carestías  y de gente humilde. Y la gente humilde, lo que piensa, lo que siente, las pequeñas historia entremezcladas, es la semilla de la segunda novela de Adelaida Bordés, Fideos con caballa, que se presenta este jueves 7 en la Casa de la Cultura de San Fernando.

—El título me dio a entender que Adelaida Bordés iba a presentar un libro de cocina y estaba preparado para entrevistas a una buena cocinera, pero me encuentro con que se trata de una novela y voy a entrevistar a una buena novelista que ya va por su segunda obra. ‘Fideos con caballa’.
—Un plato muy típico de aquí.


—¿Por qué ese título tan sugerente?
—Es una fascinación que tengo por las cosas antiguas y fideos con caballa siempre fue una comida de aquí, que ahora pasa por comida típica, pero es una comida de las Callejuelas, o dicen que nació ahí. En realidad es el primer plato de la temporada que prepara una de las protagonistas y mientras está cocinando este plato ocurren una serie de cosas porque la novela es una historia de historias, van surgiendo a través de la retrospección y ahí está.


—Y se desarrolla en tiempo real, en pocas horas.
—En una mañana. Poco antes del mediodía hasta la una o una y media.


—Como ‘Solo ante el peligro’.
—Pues sí.


 

—¿De qué trata la novela?
—De una historia de historias.


—Pero me supongo que habrá una historia principal que es la que va dando pie a las demás…
—El enlace es este plato de fideos con caballa que se está preparando, el olor que despierta, todos los que lo huelen, los paseantes… es una historia en una ciudad imaginada, no imaginaria y tiene lugar alrededor del último decenio del siglo XIX.


—La retrospectiva la ha obligado a un estudio profundo de la época en esa ciudad imaginada, que puede parecer más fácil, pero su narración es aún más complicada.
—Sí, porque hay que limitarse a unos hechos que no se pueden imaginar, todo es a partir de los hechos que son los reales. Alrededor de eso se va hilando la historia. Y tengo que decir que es la primera vez que he escrito una historia partiendo de un título. Normalmente los títulos en mis trabajos vienen al final, incluso las colaboración en el periódico se titulan al final, casi siempre. En este caso surgió primero el título porque los fideos con caballa es un plato muy evocador aquí en San Fernando. Es la realidad de un deseo.


—Sobre los fideos con caballa se puede escribir una auténtica enciclopedia.
—Pues sí. Yo creo que González Barbas hizo algo, no sé si para este periódico o era para Mirador (de San Fernando)… tengo idea de algo que él contaba y creo que incluyó los fideos con caballa, la manera de prepararlo en ciertos lugares aquí. No lo recuerdo muy bien pero él me habló de eso.


—Me da la impresión de que no me quiere hablar mucho de la novela para mantener la intriga. Me está hablando más de los fideos que de quien cocina los fideos.
—Pues sí. La novela transcurre en dos despachos, como se llamaban antiguamente, uno en una zapatería de viejos y el otro en un taller de planchado. Y ya no digo más.


—Es la segunda novela, señal de que la primera se vendió porque si no sería imposible en los tiempos que corren.
—La verdad es que es un atrevimiento.


—Es una coletilla mía hablar de los tiempos que corren, pero es la realidad que nos está aplastando y si sale una segunda una segunda novela es porque la otra mereció la pena. Además de que de la calidad literaria de Adelaida, nosotros que la leemos todas las semanas, damos fe. Se edita con ‘Publicaciones del Sur Editores’ y se va a presentar…
—El jueves próximo, día 7 en la casa de la Cultura a las ocho de la tarde y se servirá una pequeña degustación de fideos con caballa.


—Por si alguien tiene alguna duda.
—Si no los ha probado, los puede probar allí. Los puede probar de dos maneras, escrito y con sabor.


—Usted es una mujer que ha puesto una pica en Flandes en muchas cosas, tanto escribiendo como siendo la primera secretaria de la Academia de San Romualdo. Está al tanto de la literatura porque pertenece a la tertulia literaria Río Arillo, sabe de las vicisitudes y los problemas para editar. ¿Cómo está el mercado?
—Como yo lo veo, lo más publicable está en vista de lo se va a vender, claro está, porque la editorial está para ganar dinero. Entonces, lo que se vende, salvo caso concretos en los que el autor tiene una trayectoria literaria consolidada, como literatura hay muy poco y es mi opinión particular. No te quedas con ese párrafo que cuando lo lees vuelves a él para recrearte, para degustarlo… sino que es una literatura quizá más hecha para el poco tiempo que se tiene para leer y el poco tiempo para disfrutarla. Es una literatura con muchísimo movimiento, se vuelve a los principios, a una cosa muy épica, como un viaje en el que hay saltar de acá para allá. No voy a decir si está bien o mal, es lo que se vende.


—Quizá sea la propia imagen de los tiempos de que corren, muchas prisas…
—Muchas prisas y que hace falta vender porque la editorial tiene que cobrar. Todo está en vender a corto y largo plazo, y si es a corto, mejor.


—Se dice que se editan pocos libros porque se venden pocos libros, ¿pero se venden pocos libros porque hay muchos escritores y pocos buenos?
—Puede que esa sea una de las razones, el campo es muy amplio, pero habría que ponerse a expurgar, pero estaría en función del gusto personal de cada uno. Indudablemente uno no puede escribir hoy como se escribía en el siglo XVIII. También el lenguaje resulta cada vez más pobre, lo que no quiere decir que se escriba peor. Pero el lenguaje se va empobreciendo en lugar de ocurrir todo lo contrario y los temas están muy estereotipados, son muy concretos, no se vive la literatura si no hay un viaje iniciático o algo épico. Hay muchos escritores consagrados pero es la venta la que lo va condicionando todo.


—Cada uno tendrá su público y en función de la cantidad de público que tenga será atendido y editado.
—Yo creo que sí. Además, la crítica está en función de hacer su labor y cuando son todas favorables, malo. Es difícil.


—Siempre se ha dicho que mientras más polémica, más se vende.
—En algunos casos, sí.


—Y se procura crear esa polémica artificialmente para vender libros, aunque luego el producto no es tan bueno como se imaginaba.
—Exactamente. A mí me deprimió mucho lo que me ocurrió en Madrid en la última Feria del Libro a la que fui. Había stand con escritores conocidos y había tres o cuatro y en cambio el stand de un libro de recetas de cocina que sale en la cocina últimamente y la cola daba la vuelta a la feria. Hay público para todo, pero piensa uno si para eso se ha puesto a escribir y con cuatro recetas de cocina es como más vende. Da un poquito de eso.


—También da ‘un poquito de eso’ ver la cómo la Feria del Libro de San Fernando prácticamente ha desaparecido y no por falta de ofertas. No sé cuántos libros se han publicado en esta casa, pero son bastantes teniendo en cuenta las circunstancias. Salen cosas al mercado. ¿Quizá está mal organizada o quizá se hace demasiado tarde porque los grandes éxitos se presentan en Madrid mucho antes y ya llegan muy trillados?
—Este año la feria de Madrid ha sido más tarde que nunca porque siempre ha sido casi después de San Isidro y este año terminó el viernes pasado. De todas maneras, las ferias se van sucediendo de cada quince días, en Madrid, en Sevilla, como un calendario. Yo creo que está en función todo del público. San Fernando está vivienda una situación muy complicada, que todo el mundo la comprende, y ese proceso hay que pasarlo. Eso se refleja en lo que menos hace falta, la gente no está por comprar libros, como muchas otras cosas.


—De todas formas, la Cultura no es sólo el público. Los organismos…
—Es lo más sacrificado porque no genera lo que tendría que generar.


—Ni tiene el rédito electoral que puede tener una obra urbanística. Ustedes tienen que luchar contra los elementos, en este caso.
—Hay que luchar contra los elementos.


—Nosotros invitamos a leer esa magnífica novela ‘Fideos con caballa’, que yo tampoco voy a desvelar de qué va y le les recordamos que la presentación será el jueves día 7, a las ocho de la tarde en la Casa de la Cultura. Con degustación de fideos con caballa incluida. Gracias por venir, Adelaida.
—Gracias a ustedes.

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